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Kiko Matamoros tampoco ha podido reprimir las lágrimas al recordar a Mila Ximénez. ‘Sálvame’ celebra sus 14 años en emisión y 12 de ellos la periodista estuvo al pie del cañón. Mila era imprescindible para el programa y esta tarde sus compañeros han querido hacerle un homenaje como se merece. El conocido ‘eje de mal’ formado por Mila, Kiko Hernández y Kiko Matamoros, fue una gran parte del programa. Eran los reyes del programa donde reinaba el humor, la ‘mala leche’ y la inteligencia. Kiko Matamoros y Mila Ximénez tuvieron algún que otro roce, pero el cariño que se tenían era inmenso.
Exactamente, la relación del colaborador con Makoke provocó el distanciamiento la periodista porque ella no estaba nada de acuerdo con las decisiones que su amigo estaba tomando. Toda esta polémica provocó la ruptura del querido ‘Eje del mal’. En ese momento, Kiko se ponía a favor de la que era su pareja pero esta tarde ha reconocido que «Mila siempre tenía razón».
«Me gustaría decirle una cosa a Mila, y le voy a decir que, en mi caso, por circunstancias mías personales, chocamos y mucho y tuvimos momentos horrorosos. Luego evidentemente nos arreglamos, nos perdonamos, nos pedimos disculpas y nos seguimos queriendo porque nunca dejamos de hacerlo», comenzaba explicando Matamoros emocionado. «Yo a Mila le diría allá donde esté y si me escucha, que siempre estuvo del lado correcto de la historia, que la vida me ha demostrado que sabía de lo que hablaba y que no hay nada más bonito que la felicidad y la felicidad no puede pasar nunca estando alejado de tus hijos. Le diría a Mila que ella también lo sabía y lo sabía por experiencia, que los momentos que se pierden no se recuperan por bonitos que sean, los que están por vivir o los que se están viviendo».
El tertuliano la echa mucho de menos pero está feliz de haber sido su gran amigo: «No te olvido, te quiero muchísimo y que vivir el eje del mal fue un auténtico privilegio. Te echo muchísimo más de menos en el plató, aun cuando no nos hablábamos era cojonudo porque no nos hablábamos, estaba yo aquí y ella enfrente y éramos cómplices cuatro y cinco horas seguidas, nos meábamos de risa, solo teníamos que mirarnos y sabíamos de lo que nos estábamos riendo, de quien nos estábamos riendo y nunca dejamos de tener una complicidad tremenda. Me sabe mal haber desperdiciado una época de mi vida con ella que podía haber sido mucho más rica».
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