En un evento benéfico organizado recientemente en el palacio de Buckingham, Olivia Colman tuvo la oportunidad de conocer al príncipe Guillermo, pero la charla que mantuvo con el nieto de la mujer a la que encarna en The Crown no fue el único recuerdo que esa noche la actriz se llevó del palacio.
Colman, que en una entrevista concedida ayer al diario The Times declaraba que desde que interpreta a la reina Isabel II está tan obsesionada con la monarca que ha abandonado su republicanismo y se ha convertido en una fervorosa “monárquica de izquierdas”, ha confesado que en dicho evento su marido decidió llevarse un peculiar souvenir del palacio. “Mi marido robó un rollo de papel higiénico solo para decir que lo habíamos cogido del palacio de Buckingham”, contaba ayer.
Una confesión que ha aprovechado la prensa británica para recordar otros hurtos o malos de comportamientos de famosos durante sus visitas a Buckingham para desesperación de sus empleados, que cada vez que el palacio abre sus puertas a los visitantes ven mermar el stock de ceniceros, bolígrafos, papelería y cubertería, explicaba este domingo el diario The Times al hilo de la anécdota de Colman.
En 1998, por ejemplo, la actriz y presentadora británica Denise van Outen robó un cenicero y una caja de pañuelos durante una recepción en Buckingham. Después de que los tabloides publicaran lo sucedido, no obstante, Outen se vio obligada a devolver esos objetos acompañados de una nota de disculpa a la reina y la figura de un camello que había comprado en un viaje a Túnez. “Perdón, señora. No quería jorobarla”, decía.
Son los baños del palacio de Buckingham los que sin embargo más interés despiertan entre los invitados de la familia real. En 2002, aprovechando una actuación de las Spice Girls en la fiesta del Jubileo de Oro de la reina, Emma Bunton, la Spice Girl “dulce”, se llevó la señal del lavabo de mujeres. Por su parte, el presentador Piers Morgan hizo lo mismo que el marido de Colman en 2011 y se llevó un rollo de papel higiénico para la colección que acumula con los rollos procedentes de otras casas de famosos.
Pero la cleptomanía no es el único vicio que despierta en algunos famosos el aura de la monarquía británica. Así, John Lennon contaba como los Beatles no podían parar de reír cuando la reina les condecoró con las insignias de la Orden del Imperio Británico, ya que unos minutos antes se habían fumado un porro en uno de los cuartos de baño del palacio. Lo mismo hizo Robbie Williams en la fiesta por el Jubileo de Diamante de la reina en 2012, mientras que el actor Stephen Fry, según reveló en sus memorias, prefirió consumir cocaína tanto en Buckingham como en otras residencias reales como el castillo de Windsor.
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