Heidi Klum es experta en el arte de lucir escotes especiales, originales y, a veces, tan extremos que pocas más se atreven con ellos. Así lo ha demostrado en sus últimas apariciones públicas este pasado viernes y sábado en sendos eventos en los que quiso convertir las aberturas a la altura del pecho en las protagonistas de sus looks.
La modelo alemana acudió el viernes noche a la fiesta organizada en Nueva York por Harper’s Bazaar y fue una de las más arriesgadas de la alfombra roja gracias al diseño de cuero negro firmado por Rick Owens en el que se enfundó. Se trata de un vestido de la colección primavera-verano 2022 del diseñador que sorprende por su escote escultórico y geométrico y que ella prefirió lucir sin los largos guantes que acompañaron al estilismo en la pasarela. Para completar el look, Klum optó por un bolso con pulsera metalizada de Rula Galayini, mirada rasgada a base de sombras negras ahumadas y uno de sus peinados fetiche: melena peinada hacia atrás con efecto mojado.
Horas más tarde, la top posaba en otro photocall –en este caso en el de los Daily Front Row Awards 2022– apostando de nuevo por un escote que solo ella se atreve a llevar. Esta vez eligió un minivestido con estampado en tonos morados, verdes y rosas de la colección Resort 2023 de Zuhair Murad con el que presumió de sus piernas infinitas y de un escote underboob, es decir, ese que deja al descubierto la parte baja del pecho. De nuevo quiso marcar su mirada en tonos negros, aunque en esta ocasión prefirió lucir su flequillo a lo Jane Birkin perfectamente despeinado.
Con ambas elecciones, un escote mucho más sexy con reminiscencias bondage y una opción un poco más discreta pero igualmente reveladora, la alemana deja claro que no hay abertura que se le resista y que, como no deja de demostrar en su cuenta de Instagram, a sus 49 años está en plena forma.
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