Podría decirse que la familia real británica vuelve a estar de actualidad, pero lo suyo no es ser noticia. Es no saber abandonar el foco mediático. Tras 70 años al frente de la Corona, poco habrá deseado más la monarca que dejar de copar titulares en lo que parece la invocación de su famoso annus horribilis. Aquel 1992 en el que se le juntaron los fracasos matrimoniales de tres de sus hijos, con sus respectivos escándalos. “No es un año que recordaré con dilatado placer”, confirmó entonces, en el discurso que celebraba sus 40 años en el trono.
Acusaciones de racismo, infidelidades, excesos, fetichismos, divorcios… Isabel II ha tenido que hacer frente a numerosas polémicas durante su mandato, con todo lo que ello conlleva en un mundo en el que tienen prohibido hasta jugar al Monopoly. Para goce del público, muchos de estos escándalos han vuelto a ver la luz a través de las tramas de ‘The Crown’, aunque el último varapalo fue sin duda la muerte de su marido Felipe de Edimburgo a los 99 años, quien, por cierto, tampoco se libra de esta lista.
Felipe de Edimburgo al volante
Nos regalaron momentos de complicidad pero también algún que otro titular. El último en 2019, cuando el duque de Edimburgo se vio envuelto en un aparatoso accidente de tráfico. Su todoterreno y el vehículo en el que viajaban otras dos mujeres con un bebé colisionaron y, aunque no hubo grandes daños ni se depuraron responsabilidades, la opinión pública se cebó con el hecho de que el monarca siguiera conduciendo a los 97 años. Entregó su carné poco después. Dueño de un sentido del humor que muchas veces cruzaba la línea, para la historia también quedan numerosos comentarios racistas –“Si os quedáis en China mucho más se os acabarán rasgando los ojos”– y sexistas, así como algún que otro rumor de infidelidad.
Meghan Markle y el ‘Megxit’
Pero si alguien abrió el melón del racismo, fue sin duda Meghan Markle. Desde que llegó a la realeza, las polémicas y desafíos al protocolo han estado presentes: una supuesta mala relación con Kate Middleton, problemas con su hermanastra y su padre, enfrentamientos con los tabloides británicos, la reforma con dinero público de Frogmore Cottage donde finalmente no se mudaron… Meghan Markle ha sido diana constante de ataques y se le acusa de haber llevado al matrimonio a abandonar la familia real. Otro bombazo fue la entrevista que concedieron a Oprah, donde reveló que “no quería seguir viviendo” y que en la familia real estaban preocupados por «cómo de oscura sería la piel de Archie». Parece que el comentario pudo venir de la princesa Ana.
Los excesos del príncipe Harry
Antes de ser uno de los solteros más deseados del mundo, el príncipe Harry ya ostentaba el título de nieto problemático. Pasó un día en rehabilitación (en calidad de visitante) tras salir a la luz sus fiestas con exceso de alcohol y marihuana. Años después, The Sun publicó unas imágenes del príncipe desnudo en Las Vegas. Sin embargo, fue su foto disfrazado portando una esvástica la que dio la vuelta al mundo junto al titular ‘Harry el nazi’. Pidió perdón. Ha hablado numerosas veces de la presión que vivió tras la muerte de su madre. Un largo camino al que ahora se suma la mala situación que atraviesa la relación con su hermano.
Cuando Lady Di abrió la caja de Pandora
El 31 de agosto de 1997 la muerte de Diana de Gales en un accidente de tráfico conmocionó al mundo entero. La tragedia –conspiraciones aparte– ponía el broche a un matrimonio infeliz transformado en un divorcio polémico. En una entrevista a la BBC en 1995, Diana sacó a relucir todo el sufrimiento acumulado. Declaraciones tan impactantes como el acoso que sufría por parte de la prensa, cómo Carlos le pidió el divorcio, las infidelidades de su marido, sus problemas con la bulimia o su propia infidelidad con su instructor de montar a caballo James Hewitt, a quien se le llegó a atribuir la paternidad de Harry.
La infidelidad de Carlos y Camila
También conocido como tampon gate, el mundo entero fue testigo de un amor (no tan) secreto convertido en escándalo. En una conversación filtrada entre la actual duquesa de Cornualles y el heredero al trono, él afirmó que deseaba ser el Tampax de Camilla. Fue solo la anécdota de una infidelidad que habría surgido a los cinco años de su boda y de la que Diana llegó a afirmar “éramos tres en ese matrimonio, así que estaba un poco abarrotado”.
Las amistades peligrosas del príncipe Andrés
Si a alguien se le quedan cortos los escándalos amorosos, que piense en el quebradero de cabeza al que se enfrentó la reina Isabel II cuando el nombre de su hijo Andrés apareció junto al del acusado por tráfico de menores, Jeffrey Epstein. Virginia Roberts defiende que fue obligada a mantener relaciones sexuales con el duque de York cuando ella tenía 17 años, bajo la coacción de Epstein. Según Roberts, Andrés visitaba la casa del magnate con asiduidad. El palacio de Buckingham se apresuró a desmentir las acusaciones, pero con el tiempo y el escándalo acabó retirando al duque de los actos oficiales.
La fortuna de Isabel II
Entre las extrañas posesiones de la reina se incluían minas de oro, huevos Fabergé y una cantidad inabarcable de tierras. Como cabeza la Corona, también cuenta con palacios y castillos como el de Balmoral. La reina fue siempre muy reacia a hacer público su patrimonio, una fortuna privada que superaría los 400 millones de euros según las estimaciones y que se dispararía hasta los 14.300 millones si englobamos todo el patrimonio real. Desde 1993, Isabel II quiso sentar precedente y pagar impuestos. Por eso los británicos se llevaron las manos a la cabeza cuando, en los Papeles del Paraíso, aparecieron inversiones millonarias a través de uno de los ducados de la reina en fondos offshore de las Islas Caimán y Bermuda que más tarde no aparecían reflejados en las cuentas anuales.
Ascenso y caída de Sarah Ferguson
La estancia de la madre de las princesas Eugenia y Beatriz en la familia real tampoco fue un camino de rosas. Se casó con el príncipe Andrés en 1986 pero a los pocos años comenzó su distanciamiento. Anunciaron su separación en 1992. Poco después, se hacían públicas unas imágenes en las que un empresario americano aparecía chupando los pies de Fergie en la playa. Como viene siendo costumbre, la prensa no se lo puso fácil. Su físico fue objeto de comentarios, cambiando el título de duquesa de York por el de Duchess of Pork. La cosa no mejoró cuando aceptó un soborno a cambio de información sobre su marido. A pesar de todo, a día de hoy ambos mantienen una buena relación.
Los antecedentes e infidelidades de la princesa Ana
Para muchos desconocida, la única hija de la reina Isabel II es una mujer de carácter,disciplinada y muy implicada con las causas benéficas. Amazona profesional, llegó a competir en las olimpiadas, una faceta de su vida que marcó su admirado vestuario. Esta rectitud hizo que se mantuviera impasible cuando protagonizó un intento de secuestro en 1974, negándose a salir de su limusina a pesar de que el atacante había disparado a su guardaespaldas y a su chofer. Su vida sentimental sí dio pie a más rumores. Casada con el capitán del ejército Mark Anthony Phillips –padre de sus dos hijos–, en 1992 se divorció de él para casarse, a los pocos meses, con Timothy James Laurence, también oficial de la marina y asistente de la reina. Tanto a Ana como a Phillips se les adjudicaron romances extramatrimoniales. Se dice que ella tuvo un affaire igualmente con su guardaespaldas y él más tarde vendió la historia a la prensa. Además, la princesa Ana es la primera ‘royal’ británica con antecedentes penales ya que se declaró culpable cuando su perro Dotty –un bull terrier– mordió a dos niños. Ya saben, estas cosas pasan hasta en las mejores familias.
Vía: ELLE ES
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