Jennifer Lopez y Ben Affleck siguen construyendo su vida juntos, y tras su espectacular boda han abierto un nuevo capítulo en su historia: encontrar su casa de los sueños. ¿El primer paso? Vender la mansión que JLo ya posee en el lujoso barrio de Bel-Air y, ya de paso, sacar una buena ganancia. La actriz la compró por 25 millones de euros y ahora aspira a venderla por casi 40 millones de euros.
Según explica el anuncio de la inmobiliaria, la casa está situada en un terreno de más de 30.000 metros cuadrados. «Diseñada originalmente por el icónico arquitecto Samuel Marx y reimaginada como un magistral refugio rural francés de múltiples niveles, destaca por el uso de la piedra, la madera y los elementos rodeados de naturaleza. Se vende por 39.420.000 euros».
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Según cuenta el portal TMZ, la actriz compró la propiedad en 2016 por 25 millones de euros, y ahora espera sacar una ganancia de casi 15 millones. La mansión se encuentra a tiro de piedra del Hotel Bel-Air y según detalla dicho medio la casa principal tiene más de 3.000 metros cuadrados, con 9 habitaciones y 13 baños. No es solo su tamaño lo que llama la atención, sino que está equipada con todo lujo de detalles: una piscina infinity, una sala de proyección para 30 espectadores, un auditorio al aire libre de 100 plazas, gimnasio, casa de invitados…
Otra de las ventajas de la mansión (y que seguro que despierta el interés de muchas estrellas de la industria del espectáculo) es que está rodeada de árboles y en medio de la naturaleza, con lo que se convierte en un objetivo difícil para los paparazzi. La decoración es otro de los puntos de interés de la mansión de JLo. La artista ha apostado por una decoración en tonos neutros con pinceladas de color: el salón principal destaca por sus grandes sillones y puff en color beis, a juego con la chimenea, la gran alfombra y la pintura de las paredes, y el toque de color lo ponen los grandes cuadros.
También llama la atención la cocina, de estética campestre, con ladrillo visto y una llamativa lámpara vintage, y el lago con arena y una zona de tumbonas que se convierte en el mejor lugar para disfrutar del soleado clima de Los Ángeles.
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