- Antes de trasladar, temporalmente, su residencia al castillo de Windsor, la abuela de Guillermo y Harry ha continuado con las audiencias previstas en su agenda en el palacio de Buckingham.
- La reina, que cumplirá 94 años el próximo 21 de abril, ha tenido que anular su asistencia a varios actos por el Covid-19.
Isabel II de Inglaterra es incombustible. A pesar de sus 93 años, la soberana británica goza de una salud de hierro y, a pesar de las recomendaciones sanitarias por la crisis del coronavirus, ha decidido continuar con su trabajo hasta el último momento. El pasado 18 de marzo, la reina de Inglaterra recibió en el palacio de Buckingham a dos militares de alto rango en una audiencia privada que tuvo lugar en los salones de su residencia. Isabel II estuvo charlando amigablemente con el comandante Steven Moorhouse y el capitán Angus Essenhigh. Estas audiencias no han sido las únicas que la monarca ha mantenido en los últimos días. Como es habitual también se ha reunido con el primer ministros Boris Johnson y con el obispo de Hereford.
El resto de eventos de su agenda sí se verán modificados por recomendación de las autoridades sanitarias británicas. Se ha cancelado el Chelsea Flower Show, organizado por la Royal Horticultural Society, uno de sus favoritos, y el servicio Maundy en la capilla de San Jorge previsto para el próximo 9 de abril así como los eventos previstos en los jardines de Buckingham como la recepción posterior a la boda de su nieta, Beatriz de York.
Tras las últimas audiencias, la reina Isabel II pondrá rumbo al castillo de Windsor, su residencia habitual de fin de semana y donde se desplaza habitualmente para pasar las vacaciones de Pascua. Este año y por la crisis provocada por el Covid-19, su estancia se adelanta una semana y es probable que se prolongue después de Semana Santa.
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