Tras acaparar miradas en el Día Nacional de Mónaco, probablemente la mayor fiesta del Principado, Charlène de Mónaco hizo una aparición estelar en la alfombra roja de los World Rugby Awards, los reconocidos galardones deportivos a los que acudía junto a su marido, el príncipe Alberto, esta pasada madrugada.
La royal, recuperada al completo de sus problemas de salud, volvió a hacer gala de la elegancia y el glamour que le caracterizan y deslumbró ante los flashes con un look firmado por Dior que, una vez más, se regía bajo dos colores, el blanco y el negro. El binomio más sofisticado que existe y una fórmula muy recurrente para Charlène en sus apariciones más sonadas.
Charlène combinó con acierto una camisa blanca, uno de los indispensables en cualquier armario femenino (más allá de estilo, cuerpo o edad) que en este caso destacaba por el corte estructurado, hombreras marcadas y los botones a contraste en dorado, y falda larga con bajo asimétrico y gran volumen en color negro. Ambas piezas forman parte de la colección Pre-Fall 2013 de la maison francesa y la royal monegasca ya había optado por ellas en más de una ocasión.
Stilettos destalonados de Dior con el satén como protagonista podían el broche final a un look tan clásico como sofisticado y elegante. En cuanto a joyas, Charlène volvía a elegir los pendientes de perlas del día anterior, del Día Nacional de Mónaco.
Tras un año alejada de la vida pública por sus prolongados problemas de salud que le mantuvieron durante meses en África, Charlène de Mónaco ha retomado su agenda y a día de hoy es habitual verle junto al príncipe Alberto de Mónaco en múltiples compromisos sociales dando muestra de la buena sintonía que existe entre ellos y del estilo tal personal y propio que siempre le ha caracterizado, una de sus grandes señas de identidad.
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