Chufy y Rossy de Palma lanzan una colección

La vida de Sofía Sánchez de Betak podría ser la de una nómada de lujo. La diseñadora, directora artística y asesora de moda ha forjado su carrera buscando inspiración en los rincones más recónditos del mundo, pero, tras pasar el confinamiento en París, decidió mudarse a su refugio en la sierra de Tramuntana. «Mallorca es un lugar mágico. Es donde nació mi hija y donde me gustaría criarla. Aquí el aire es puro, la gente es cálida y la vida es mucho más inspiradora», confiesa.

Precisamente, la Fundación Miró de la isla balear ha sido el escenario elegido para fotografiar la nueva colección de su marca, Chufy, una colaboración con Rossy de Palma en la que abundan los tonos saturados, los estampados, los kimonos y las túnicas. «Es un homenaje a un icono, un torbellino de imágenes y color que da forma al universo de Rossy, una artista enigmática y fascinante. Me inspiré en la ópera china, así como en los tonos que la representan: el rojo, el azul… y en las morfologías teatrales –relata–. Para la creación de los estampados, tomamos referencias de algunas de las imágenes favoritas de Rossy: flores, mariposas, palmeras, labios o el mar, que nos sirvieron como punto de partida para esta aventura conjunta».

‘Chufy’ –como la llaman cariñosamente desde pequeña y como se la conoce en Internet y en la industria de la moda– conoció a Rossy de Palma hace ya una década. «La admiro desde que era una niña, pero la conocí en persona gracias a mi marido [el productor de desfiles Alexandre de Betak] hace diez años. Alex solía encargarse de los desfiles de Sybilla y fue entonces cuando conoció a Rossy. Cuando me la presentó, conectamos al instante, hasta el punto de que la contraté como imagen de una marca argentina para la que trabajé poco tiempo después. Esa fue la primera vez que colaboramos y sabía que no sería la última. Rossy es pura inspiración, por eso pensé en ella para esta cápsula. Ha sido un sueño hecho realidad».

Chufy x Rossy de Palma, como se ha bautizado esta unión, está repleta de vestidos, blusas, batas y túnicas que llevan el sello de los diseños de la argentina: bohemios, apetecibles, elegantes y ponibles a la vez. «Si tuviese que elegir mi pieza favorita sería la bata Peter Hudei, un diseño inspirado en una bata de mi abuela, liviana y con mucho vuelo, con un estampado rojo intenso», remata. 100 % Rossy.




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