Destacar entre los más de 200 invitados que la fiesta Moët & Chandon Effervescence celebró ayer en el Palacio de Cibeles de Madrid no era tarea fácil, pero si alguien tenía que hacerlo ellas eran Isabel Preysler y Ana Boyer. La socialité y su hija, que son dos de los iconos de estilo más aclamados de la moda, sorprendieron a todos los presentes del evento haciendo gala de su característica elegancia luciendo inesperados y diferenciadores looks con los que volvieron a demostrar su innata capacidad para conjugar prendas y crear acertados estilismos.
Para esta ocasión, en la que se dieron cita muchos de los nombres más afamados del panorama cultural nacional e internacional, Isabel Preysler escogió un conjunto formado por un llamativo top bandeau cubierto con encaje negro y manga larga. Se trató de una llamativa silueta de transparencias y cuello mao que lució a juego con una falda de cintura alta y vuelo, a la que, además, añadió un cinturón ancho de hebilla y piel para enfatizar su silueta y marcar su cintura. También, para cederle todo el protagonismo a su conjunto, escogió un discreto clutch del mismo color que el conjunto.
Coincidiendo con su madre en la apuesta cromática, Ana Boyer eligió un vestido de terciopelo ceñido al cuerpo y con una sola manga que se distinguió, principalmente, por incluir una de las tendencias que más años llevan alzándose entre las favoritas de la moda, un cut-out lateral en el abdomen. La apuesta de la joven, además, destiló todavía más sensualidad ya que también contó con una abertura lateral con la que dejó ver su pierna y las sandalias de tacón negras y plateadas con las que completó el conjunto.
Si ambas sentenciaron que el color negro es siempre el comodín más ideal para lucir en cualquier ocasión, también las dos decidieron unirse a la tendencia naked que reina este año de visibilizar el cuerpo femenino y lo hicieron demostrando que esta corriente de moda puede ser sofisticada, elegante y, también, apta para todas las edades.
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