La maternidad ha sido alo largo de la historia un hándicap en la vida de las mujeres. La idea de ser madre parece más una obligación que una opción y, en el caso de las personalidades públicas, el juicio de las que llegan a los 40 y no han tenido hijos recae, una y otra vez, sobre sus figuras. Le pasó a Kendall Jenner recientemente cuando, para los CFDA Awards lució un vestido blanco con el que se marcaba un poco su tripita. También, desde que se casó con Justin Bieber, los usuarios de redes sociales han especulado sobre varios posibles embarazos de Hailey Bieber hasta lograr que ella misma emitiera un comunicado a través de un vídeo en Instagram pidiendo que «la dejaran en paz». Pero si alguien ha estado siempre en el ojo del huracán y cuestionada por no quedarse embarazada, ella ha sido Jennifer Aniston.
La actriz es una de las famosas que más presionada ha estado para ser madre. Tanto que incluso en 2016 se vio obligada a publicar una carta hablando sobre el daño que los medios de comunicación ejercían sobre ella rumoreando sobre la posibilidad que tenía -o no- de ser madre y sobre cómo «se le podía pasar el arroz». Ahora, años después, la que interpretara a Rachel Green en Friends ha decidido pronunciarse sobre el tema en la última portada de la revista americana, Allure, donde ha hablado sin tapujos: «Todos esos años y años de especulación fueron realmente difíciles. Estaba sometiéndome a un proceso de fecundación in vitro, bebiendo tés chinos, lo que fuera, estaba intentándolo todo. Habría dado cualquier cosa si alguien me hubiera dicho: ‘Congela tus óvulos. Hazte un favor’. Pero simplemente no lo piensas. Así que aquí estoy. El barco ha zarpado».
Más honesta que nunca, Jennifer Aniston contó que desde los veinte a los treinta años vivió una de las etapas más difíciles de su vida. Sin entrar en muchos detalles ni especificar exactamente en qué momento puso todos sus esfuerzos por gestar un bebé, relató el calvario que sufrió al verse reiteradamente en portadas de revistas cuestionada sobre su maternidad y la posible relación que ésta tendría con su separación de Brad Pitt, en 2005: «Decían que solo me importaba mi carrera. Y Dios no quiera que una mujer tenga éxito y no tenga un hijo. Y la razón por la que mi marido me dejó, por la que rompimos y terminamos nuestro matrimonio, fue porque no le daría un hijo. Fueron mentiras absolutas. No tengo nada que esconder en este momento».
En la misma entrevista, la intérprete habló también de su difícil relación con su familia, de la dependencia que crean las redes sociales una vez te abres una cuenta en ellas, de sus amigas, de sus relaciones, y de su trabajo y otras ambiciones. Una sincera charla en la que el icono de los 90 despliega una generosidad abrumadora y confiesa, también, sentirse ahora mejor que nunca: «Más que cuando tenía veinte, treinta o cuarenta y pico años. Tenemos que dejar de decirnos cosas horribles a nosotras mismas. Vas a tener 65 años algún día y pensarás ‘estaba estupenda a los 53’».
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