Antes de la celebración de la coronación del rey Carlos III, que durante este fin de semana situará el foco de atención en Reino Unido, el príncipe y la princesa de Gales se han desplazado hasta Soho para un nuevo compromiso en el pub Dog and Duck en Bateman Street.
Una cita para la que Kate Middleton ha recurrido a uno de sus colores fetiche y que comparte con Doña Letizia, el color rojo. La royal británica ha rescatado del armario un atractivo abrigo de entretiempo de Eponine London abotonado, cuello ligeramente elevado y corte recto que estilizaba su silueta y que se adaptaba a la perfección al clima cálido de la capital londinense.
Un diseño ideal para este entretiempo, sobre todo en un lugar como Reino Unido donde los contrastes de temperaturas son constantes. El perfecto comodín entre el clásico abrigo de paño y chaquetas más fluidas, gabardinas o trenchs, propios de este tiempo.
La elección, que lograba acaparar toda la atención, cubría un vestido camisero blanco de manga corta, doble abotonadura y lazada en la cintura, también de fondo de armario de Suzannah London, otra de sus marcas de referencia. Stilettos clásicos, también en color blanco de Jimmy Choo y bolso mini de piel en esta misma tonalidad de Mulberry.
El rojo es un color que más allá de potenciar el bronceado, adaptarse a la perfección a diferentes tonos de piel y cabello, esta temporada se ha erigido como tono de referencia, máxima tendencia a pie de calle.
Durante la jornada matinal, Kate Middleton no ha dudado en acercarse a la gran legión de fanáticos que se han desplazado hasta la zona donde tenía lugar el evento, fotografiarse y charlar durante unos minutos. La princesa de Gales ha vuelto a plasmar la simpatía y cercanía que le caracteriza y que le ha llevado a convertirse en uno de los miembros más populares de la Casa Real británica, una institución que ha tambaleado durante los últimos años debido a múltiples polémicas como la del príncipe Andrés o el príncipe Harry.
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