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«Estoy enamoradísimo». Con esas palabras intentaba José Ortega Cano hace unos días, a la desesperada, zanjar los rumores de crisis con su mujer, Ana María Aldón, pero los hechos se han sucedido muy rápido, y ahora Kiko Hernández parece tener la confirmación definitiva de que amor queda poco en esa relación, porque la pareja habría roto hace ya dos semanas. El colaborador habría conseguido hablar con una fuente muy cercana de la familia, que también le ha revelado que la buenísima relación que Ana María tenía con la mujer que trabajaba en su casa también estaría completamente rota: «No se pueden ni ver». Tienes todos los detalles de la noticia en el vídeo sobre estas líneas.
Sólo hace unos días que veíamos mucho movimiento en la casa que la pareja tiene en Madrid: tras la desaparición y marcha repentinas de Ana María a El Rocío, que pillaba a todos por sorpresa (incluso a sus compañeros de trabajo, que veían cómo ella no se presentaba a su puesto en ‘Viva la vida’), Ortega Cano llegaba a Fuente del Fresno para sacar de esa casa unas maletas, y se iba tan sólo unos minutos antes de que apareciera por allí su todavía esposa. Un movimiento de lo más extraño, ya que parecía que estaban intentando evitarse en la casa familiar, y que ahora tiene su explicación.
Ana María, por su parte, lleva tiempo intentando no hablar más de la cuenta, e incluso en su vuelta a la televisión, en plena crisis matrimonial, se le notaba contenida: «Estoy rota», le confesó a Emma García tras pasar también por el programa de Toñi Moreno ‘Déjate querer’, a la que revelaba también que la situación en su casa era insostenible: «Mi marido debería haber puesto límites», decía entre lágrimas mientras contaba los feos que habría recibido por parte de la familia del diestro, a la vez que hacía una de sus confesiones más sorprendentes, dejando claro que se le había pasado por la cabeza quitarse la vida, aunque algo le ha hecho recapacitar: «He tocado fondo», y añadía: «(Mi hija) ya está criada y sabe defenderse en la vida, pero mi niño me necesita mucho. Tiene 9 años y no se merece que su madre le abandone. Hay que seguir luchando, aunque no te guste la vida que tenga. Lo que quiero es seguir viviendo y tener esas ganas de vivir«.
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