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Kiko Rivera está sufriendo estos momentos un delicado episodio de salud. El joven de 38 años ha sido ingresado en el hospital al haber sufrido un ictus. La noticia ha sido objeto de preocupación aunque pronto Irene Rosales ha dado las primeras declaraciones tranquilizando sobre el estado de salud del DJ: «ha sido leve, está bien», aseguraba a la puerta del hospital, al cual, ha dejado claro, solo acudirá ella para evitar que su marido se ponga nervioso con las visitas familiares: «tiene que estar tranquilo».
Aunque este ha sido el golpe más grave que ha sufrido la salud de Kiko Rivera, no ha sido el único, y es que a pesar de su juventud, ha sido noticia en más de una ocasión por sufrir molestos problemas de salud de todo tipo: desde la gota a problemas estomacales y una reciente enfermedad crónica. Incluso, Kiko ha llegado a confesar que tuvo problemas de salud mental en 2019 que podrían continuar a día de hoy a juzgar por sus declaraciones sobre su madre, Isabel Pantoja.
Los problemas de salud de Kiko Rivera arrancaron en 2011, cuando acudió a Supervivientes. Allí sufrió un ataque de gota que le obligó a retirarse del concurso, enfermedad reumática que de la que sigue sufriendo brotes a día de hoy, tanto que le ha tenido impedido en los últimos meses en más de una ocasión. La hipertensión arterial, el consumo de alcohol, la obesidad o los antecedentes familiares son algunas de las causas.
En 2017 continuó su historial de dolencias. Se sometió a una operación rutinaria para colocarse una banda gástrica que le ayudaría a reducir el sobrepeso. Junto a ello, dejó el tabaco y comenzó a ponerse en forma con ejercicio físico, lo cual le permitió bajar drásticamente de peso. Sin embargo, la banda lejos de ser una ayuda se convirtió en un problema puesto que tan solo un año después tuvo que someterse a una nueva operación, esta vez para retirársela: «Ya os contaré más adelante pero me ha hecho un daño bastante importante en el estómago», aseguraba en 2021.
Durante este tiempo, en 2018 confesaba que estaba padeciendo una depresión, que pudo tener un papel relevante a la hora de querer enfocarse en mejorar su estado físico. Problemas de salud mental que, más tarde, aclaró que estaban relacionados con su consumo de drogas. «Sentía que todos los problemas se solucionaban con las drogas», confesó. Aunque la adicción le llevó a consumir en su día a día, se alejó definitivamente del consumo, al menos, durante unos años pues en 2021 volvió a recaer fruto de la guerra con su madre, tal y como confesó a Jesús Calleja, aunque esta vez pudo salir antes.
Finalmente, este año Kiko acudió a una revisión rutinaria que reveló un problema crónico: diabetes. «Estamos acostumbrados a subir solo las cosas bonitas. Pues bien, desde este jueves que estuve en el médico, me han diagnosticado diabetes (herencia de mi madre y mi tío Bernardo). Estoy asimilándolo todavía y estos son los números en ayunas. Toca cuidarse chicos, toca tomarse la vida de otra manera, toca echarle huevos y, sobre todo, toca vivir», declaró.
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