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La reina consorte Camila se ha sumado a los homenajes que estos días está haciendo la Familia Real Británica a Isabel II. A los discursos de Carlos III y los mensajes en redes de sus nietos, el príncipe de Gales y Harry de Inglaterra, se unen ahora las emotivas palabras de Camila a la que fue su suegra. Poco antes del minuto de silencio que se guardó en honor a la difunta reina el 18 de septiembre y en la víspera del funeral de Estado, que tiene lugar este lunes 19 en la Abadía de Westminster, la reina consorte Camila habló con cariño de Isabel II en un especial, que emitió la BBC. El mensaje fue grabado antes de la muerte de la reina, el pasado 8 de septiembre.
Camila destaca la «inolvidable sonrisa» de Isabel II y el haberse «forjado» su propio papel en un mundo dirigido por hombres. «Debió ser muy difícil para ella ser una mujer solitaria. No había mujeres primeras ministras ni presidentas. Ella era la única, así que tuvo que forjarse su propio papel«. La esposa de Carlos III recordaba que su difunta suegra «ha formado parte de nuestras vidas desde siempre. Ahora tengo 75 años y la Reina está presente en casi todos mis recuerdos».
La Reina consorte también ha mostrado el lado más cercano de Isabel II. «Tenía esos maravillosos ojos azules que, cuando reía, iluminaban toda su cara. Siempre recordaré esa sonrisa inolvidable», dice emocionada en la entrevista.
El 8 de abril de 2005, Camilia y el entonces príncipe Carlos de Inglaterra se casaron en Windsor, en una ceremonia civil en el Ayuntamiento a la que siguió una misa oficiada por el arzobispo de Canterbur en la capilla de San Jorge. Una boda a la que no asitió Isabel II porque, según se dijo, no aprobaba esta relación. Sin embargo, la Reina consorte ha revelado una anécdota de ese día con sus zapatos e Isabel II. «Yo estaba bastante nerviosa y, por alguna razón, me puse los zapatos y uno tenía un tacón más alto que otro. Estaba ya a mitad de camino rumbo a Windsor y pensé que no había nada que hacer… mientras ella lo vio y me dijo: ‘Mira, lo siento terriblemente'», dijo destacando el «sentido del humor» de la monarca.
También ha hablado de la regla de oro de su difunta suegra: diferenciar entre su tiempo públicado y privado. «Ella hizo una regla de que tenía su tiempo privado y sus pasiones privadas y luego su papel público, y creo que eso es muy importante», remarcando que la «verdadera pasión» de la reina por los caballos. «No te atreverías a cuestionarla o a discutir con ella sobre cómo se crían los caballos o cómo corren porque te devolvería una mirada azul muy dura», añadió.
Isabel II dejó por escrito que era su deseo que la mujer de Carlos III fuese conocida como «reina consorte mientras continúa con su leal servicio». Una muestra de respeto que la que fuese duquesa de Cornualles también ha querido tener con su difunta suegra. Durante estos días, Camila ha tenido muy presente a Isabel II, llevando algunas de las joyas que le habría regalado la Reina. En su viaje a Gales junto a su marido, el rey Carlos III, llevó broche de puerros parecido al emblema nacional galés o luciendo un collar de perlas, la joya favorita de Isabel II.
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