María Bravo: «Eva Longoria llegará a ser presidenta de Estados Unidos»

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    Marbella es una ciudad de grandes contrastes, en la que puedes quedar atrapada por el lujo, los coches de alta gama, las discotecas en las que el champagne corre a raudales, y la Marbella solidaria, en la que no faltan ciudadanos que pagan 500 o 1.000 euros el cubierto para asistir a una gala como la que organizan María Bravo y Eva Longoria, el alma de la Fundación ‘Global Gift’. Ellas, subasta a subasta, han conseguido recaudar los fondos para abrir un centro de día, Casa Ángeles, en el que ofrecen tratamiento gratuito a niños y niñas, unos 300 en total, con enfermedades raras, así como a sus familiares. Para conocer este centro, quedo con María Bravo, actriz, empresaria de éxito, perteneciente a una familia humilde de Marbella, que un día alzó el vuelo y se fue a hacer las américas. En Los Ángeles se casó, triunfó, enviudó y conoció a Eva Longoria, una de las actrices con más poder entre los hispanos, amiga de los Obama, a quienes une su preocupación y sensibilidad con los más necesitados.

    Precisamente de Eva Longoria sólo tiene buenas palabras y un gran presagio: «Estoy convencida de que llegará a ser presidenta. Es una mujer muy inteligente, con carisma y sabe mandar. En Estados Unidos hace falta una presidenta como Eva. Sería un hito histórico que una latina ocupase la Casa Blanca«, nos ha contado, y más después de una época convulsa con Donald Trump a la cabeza: «América no es el país de los sueños que nos hicieron creer. El sueño americano es una pesadilla, en 33 años que llevo viviendo allí, por primera vez, en la época de Donald Trump, sentí lo que era el racismo, porque no diferencian entre un mexicano y un español, como al entrar en una tienda donde había personas muy blancas, y decirme que abriera el bolso para ver qué llevaba dentro. A mi novio, que tiene los ojos azules, no le dijeron nada. Puse una denuncia», nos ha revelado.

    Aunque en Estados Unidos echó raíces y creó una gran vida con su esfuerzo, no todas sus experiencias han sido buenas, y hasta ha habido quienes se lo han puesto difícil, especialmente en la industria del cine, donde ella quiso hacerse un hueco: «Me han hecho propuestas del tipo ‘si quieres un papel vamos a cenar esta noche’. Y al decirle ‘no, gracias’, no te dan el papel. (Esas prácticas) eran un secreto a voces. Todo el mundo lo sabía, incluso que si hacías una película con determinadas personas y les gustabas te iban a ofrecer eso», ha recordado con dolor, y se alegra de que, por fin, surgiera el movimiento ‘Me too’.

    Ahora, María sólo piensa en cómo seguir ayudando a los demás por esa vena filántropa que ha desarrollado con los años: «No es hasta que te encuentras en una buena situación económica cuando te das cuenta de lo importante que es ayudar. No hace falta ser rico ni famoso para ser filántropo, solo hay que tener buena voluntad«, ha apuntado, momento en el cual apostó por crear la Fundación Global Gift, que ahora estrena proyecto: un centro especializado en niños con enfermedades raras llamado ‘Casa Ángeles’ que se ha convertido en su pasión personal, y que se suma a los orfanatos que tienen en Vietnam y en India : «Han pasado cinco años desde que empezamos a recaudar fondos, a rehabilitarla y acondicionarla para acoger durante el día a niños con enfermedades raras, síndrome de Down y fibrosis quística. No es un hospital ni lo pretende, lo que nosotros intentamos es sacarles precisamente de ese ambiente, a ellos y a sus padres».

    «América no es el país de los sueños que nos hicieron creer. El sueño americano es una pesadilla»

    Precisamente a esos padres con hijos que tienen enfermedades raras los califica de «héroes«, y ha querido tener un detalle con ellos en esa ‘Casa Ángeles’: «Tenemos psicólogas para enseñarles a enfrentarse al día a día, clases de yoga, natación, musicoterapia, y una sala desde la que pueden ver, sin ser vistos, los tratamientos que reciben sus hijos».

    Nada de esto podría ser posible si no se hubiera cruzado en su vida el actor Bruce Willis, con el que tuvo una relación de tres años, y con quien empezó a ‘hurgar’ en el mundo de la filantropía y los actos de recaudación de fondos: «Con él hicimos tres galas en Londres, a la que asistieron muchos miembros de la nobleza», ha recordado, algo que, sin duda, supuso un gran empujón a su proyecto benéfico.

    «No hace falta ser rico ni famoso para ser filántropo, solo hay que tener buena voluntad»

    A María, además, le gusta resaltar sus inicios humildes: desde su Estepona natal decidió alzar el vuelo para ‘hacer las américas’ en 1989. Allí acabó sus estudios, montó una agencia de representación de artistas y la vida le llevó por otros derroteros: conoció a Bruce Willis, del que se enamoró durante 3 años «hasta que se acabó». Ahora reconoce que no tiene apenas relación con él por la enfermedad que el actor padece, la afasia: «Ahora no porque no se puede comunicar, ni puede hablar, pero antes de su enfermedad sí, y la última vez fue el año pasado por mi cumpleaños. Ya le noté raro. Qué pena», se ha lamentado María.

    Mi foto favorita

    «Esta foto con Eva Longoria refleja muy bien la complicidad y la amistad que tenemos».



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