En su regreso a la Casa Blanca el pasado mes de septiembre, con motivo de la presentación de sus retratos oficiales, realizados por los artistas Robert McCurdy y Sharon Sprung, Michelle Obama logró convertirse en trending topic en las redes sociales por lucir su pelo natural trenzado. Un simple gesto que muchos vieron como una reivindicación cultural y una señal de progreso, y que en otros casos fue señalado. ¿Por qué no llevaba este peinado cuando era primera dama de EE.UU?
Ahora, en la gira que ha comenzado con motivo del lanzamiento de su nuevo libro Con luz propia, donde habla sin tapujos de sus sentimientos, miedos y frustraciones, Obama ha desvelado el motivo. «No estaban preparados para ello», ha señalado la abogada y escritora señalando al pueblo americano en la charla que ha mantenido con Ellen DeGeneres en el Warner Theatre en Washington.
Michelle dudó en varias ocasiones sobre hacerlo o no pero finalmente decidió que lucir su melena al natural podría ser un problema o incluso, en algunos ámbitos, aspecto que podría politizarse. Según ella misma confesaba a DeGeneres, en declaraciones de las que se ha hecho eco el Washington Post, la sociedad estadounidense «se estaban adaptando» al cambio en el sistema político, a la primera familia negra en la Casa Blanca y creyó que era mejor que todas las miradas se centrasen en las nuevas medidas, leyes o decisiones y no en su cabello.
Asimismo, en esta misma charla, Michelle Obama ha confesado que durante todo el tiempo que estuvieron en la Casa Blanca sentía que estaban continuamente en el punto de mira. No solo en lo que a decisiones políticas se refiere sino en cualquier ámbito, cada gesto, movimiento o look que elegían tanto ella como sus hijas era analizado y podía ser utilizado como motivo de crítica.
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