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Rocío Monasterio se sincera para DIEZ MINUTOS en su primera entrevista a un medio de corazón. Dejó su carrera como arquitecta para dedicarse a la política, que era una de sus grandes pasiones. De hecho, cuenta que en las primeras citas con el que hoy es su marido, Iván Espinosa de los Monteros, se hablaba de política. Con él ha conseguido su mayor logro y del que está más orgullosa: formar una familia. Tienen cuatro hijos, tres niñas y un niño. Por eso, Rocío dice que en su casa dominan las mujeres, «porque hasta tenemos una perra». En su primera entrevista para una revista del corazón, entre risas confiesa que su marido y su hijo aprovechan la mínima ocasión para hacer planes de chicos. La política no solo le ha cambiado la vida a ella y a su marido, sino a toda su familia. A pesar de su apretada agenda, la líder de VOX en la Comunidad de Madrid nos reservó cuatro horas en las que nos abrió su corazón, conocimos otra imagen de ella y comprobamos que es no es tan ‘guerrera’ como en el terreno de la política.
Rocío ¿Cómo te ha cambiado la vida dedicarte a la política?
La política lo que te cambia es que pierdes grados de libertad. Yo he sido siempre muy independiente y cuando entras en este mundo, tienes que planificar todo mucho más y está todo más acotado. Para nosotros es complicado en ocasiones salir a la calle y especialmente en VOX hemos tenido situaciones complicadas. Esto complica la vida a toda la familia. Yo he elegido estar en política, pero mis hijos no.
¿Cómo decidiste dar el salto a la vida pública?
Uno es político toda la vida. A mí la política me encantaba desde siempre. Yo cuando estudiaba Arquitectura, leía sobre política. En mi casa se hablaba mucho de estos temas. En mis primeras citas con Iván, hablábamos de política. Yo tenía un trabajo como la arquitectura que es muy vocacional, pero la política la llevaba en la sangre.
Hace unas semanas nos decía Cristina Cifuentes que ella sacrificó su vida familiar por la política.
Y es verdad. Mis hijos ahora son más mayores, pero los primeros años fueron muy complicados. Pero te reconozco que mi mundo de antes (veinte años en la construcción) no era sencillo. Me tenía que llevar a mis hijos cuando eran bebés a la otra punta de España porque tenía una obra y no podía fallar. La política, como otros muchos trabajos, es complicada, y más cuando eres madre de familia numerosa.
¿No tienes miedo a que el día de mañana te echen en cara que no has pasado tiempo con ellos?
Espero que no, porque creo que ellos entienden que lo hacemos por ellos.
¿Ellos entienden quiénes son sus padres?
Sí, porque a nuestros cuatro hijos les hemos abierto al mundo. No les hemos protegido, para que vean todas las ideas y elijan por ellos mismos lo que quieren defender. Lo que me preocuparía es marcarles una línea. Intento reforzar su independencia de criterio y para eso, hay que formarse y leer mucho, que es lo único que les pido. Ellos leen todo tipo de periódicos. Quiero que salgan de la burbuja y vean quiénes nos critican. Lo que no quiero es que estemos todos cortados por el mismo patrón, porque si es así empobrecemos la sociedad.
«Mi madre es española y mi padre es cubano pero de familia asturiana»
¿Se te acerca mucha gente por la calle?
Donde se aprende de política es en la calle y no en el Congreso. En la campaña de Andalucía recuerdo a un señor que me dijo que anhelaba cómo era su barrio antes y que quería que su nieto corriera por las calles sin tener miedo a que no volviera a casa. Esas cosas te marcan.
Tienes sangre cubana.
Sí, mi madre es española y mi padre es cubano, pero de familia asturiana. Era una familia muy grande y los más pequeños no tenían dónde trabajar y se fueron allí a buscar trabajo. Como hace mucha gente que viene a España, a los que tenemos que valorar por dejar todo atrás para buscarse una vida nueva.
¿Has vuelto a Cuba?
No. Hace dos años estuve a punto de ir, pero no lo hice por mis hijos. Aunque yo entro con pasaporte cubano, no sabes muy bien lo que te puede pasar, porque no le hacemos gracia al Gobierno cubano. Algún día llevaré a mis hijos porque es parte de su historia.
¿Por qué decidiste estudiar Arquitectura?
Siempre me ha gustado dibujar y a día de hoy por las noches dibujo.
¿Eres tan cañera en casa como en la Asamblea de la Comunidad de Madrid?
En casa elijo muy bien las batallas que doy. Eso es importante. Tanto Iván como yo somos muy especiales, independientes y siempre hemos sido así. Eso es bueno porque nos respetamos, aunque seamos muy distintos. Es muy importante elegir las batallas. La verdad es que en casa nos damos mucho cariño, porque bastante complicado es el mundo fuera.
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¿Quién conquistó a quién?
A mí Iván me conquistó completamente.
¿Te acuerdas de la primera cita?
Nosotros vivíamos cerca y nos veíamos. Los dos teníamos mundos totalmente distintos, porque el mío es mucho más artístico. Tener personalidades distintas ayuda, porque complementa.
¿Cómo fue vuestro noviazgo?
Nosotros vivimos un noviazgo a distancia, porque Iván estaba estudiando en Chicago y yo estaba en Madrid. Luego me fui a Estados Unidos, pero estábamos en estados diferentes: yo en Florida y él en Nueva York. Después yo volví y monté una empresa, y él montó la suya allí. A los dos nos gustaba nuestra empresa y luchábamos por sacarla adelante. Era muy complicado y costoso.
¿Cómo lo hacías?
Yo creo que conocer mundo ayuda a aprender cosas y saber que hay culturas y pensamientos diferentes.
«Sacar a cuatro niños adelante no es fácil y ahora menos»
No es fácil llevar una relación a distancia.
Ya, pero si estás comprometido con alguien, es una buena prueba. Y eso es importante antes de formar una familia y tener un proyecto en común. Yo creo mucho en el compromiso y si quieres formar una familia, tienes que saber que vas a pasar épocas buenas y malas. Sacar a cuatro niños adelante no es fácil y ahora menos. A mí me miran extrañada por tener familia numerosa. Me miran como si fuera el lince ibérico. Desde luego, tener una familia ha sido mi gran logro.
Tienes razón que no es fácil.
Una amiga me dijo una vez que nunca es buen momento para tener un hijo, por el trabajo, por la hipoteca… A nosotros eso nos pasó, pero al final hay que lanzarse. Porque tener un hijo te hace esforzarte para sacarlos adelante. Por eso te digo que creo en el compromiso: de la familia, de la pareja, del trabajo, y tener el orgullo de que has hecho algo bien.
Por cierto, ¿cuéntanos qué te pasó el día de tu boda?
Pues que se me complicó el día por un problema de trabajo. La peluquera me llamó para recordarme que tenía que ir porque era el día de mi boda. Pero tenía que resolver el problema antes. Fue un día de locos.
¿Llegaste tarde a la iglesia?
No llegué tan tarde para el lío que tuve. Tengo que reconocer que la política no es el trabajo más duro. Durante veinte años, hemos trabajado muy duro. En el mundo de la construcción se aprende mucho, pero también se trabaja mucho.
Dices que eres muy maniática.
Sí, pero soy maniática de la luz, de la belleza, de la estética. Me gusta mucho el orden. Los arquitectos somos bastante cuadriculados en bastantes cosas. A mí me encanta ir los domingos al Rastro a pintar.
¿Ahora puedes?
Ahora lo hago menos, pero lo hago. Me pongo una gorra y pinto fachadas por Madrid. En ocasiones me reconocen y se preguntan: «¿Qué hace Monasterio sentada en el suelo pintando?» Hay que mantener los hobbies. También me gusta tocar la guitarra española. Me encanta tener un rato por las noches para tocarles a mis hijos ‘Recuerdos de la Alhambra’, y me esperan despiertos. Eso me encanta. Y creo que ellos siempre recordarán que mamá llegaba tarde a casa, pero que les dedicaba un tiempo. La vida no es solo trabajo. Tienes que desarrollarte como persona.
¿Has pensado en exponer?
Sí. Me acuerdo que vendía mis acuarelas.
¡Cómo!
Cuando estuve estudiando en Florencia Arquitectura. Me iba a la calle y hacía acuarelas y se las vendía a los japoneses. Así me podía pagar el alquiler y los estudios. Mi madre me llamaba para preguntarme de qué vivía y yo le decía que no se preocupara. En aquella época también me fui con un grupo que estaba rodando una película en Yugoslavia, que estaba en plena guerra, y pintaba la escenografía. Todo eso me divertía.
«Soy consciente de que he entrado en política voluntariamente y dispuesta a hacer sacrificios»
Eres muy artística.
Sí, no podría vivir sin esa parte artística. Ahora les hablamos poco a los niños de esas cosas, porque existe la idea de que eso no sirve para nada. Y es una equivocación. Saber pintar, tocar un instrumento… enriquece el alma. Creo que estamos creando gente que no tiene sensibilidad. Aprender a mirar por la calle es muy importante. Ahora solamente miramos el móvil. Hemos perdido empatía. Gracias a la política yo conozco mucha gente y al cabo del tiempo no me acordaré de sus nombres, pero sí de sus problemas. Tengo mucha memoria y me interesan las historias.
¿Has pensado tirar la toalla en la política por tantas críticas?
¡No! Me han atacado mucho, pero soy consciente de que he entrado en política voluntariamente y dispuesta a hacer sacrificios porque estoy dispuesta a defender mis ideas, porque creo que son buenas. Naturalmente no estaré acertada en todo, en algunas cosas estaré equivocada. Todos podemos hacer algo para mejorar la sociedad, porque ha habido un momento en que todos hemos sido bastante egoístas y materialistas. El dinero no es todo y hay que apostar por los valores y defenderlos.
¿Te ves como ministra?
Todo el mundo que entra en política se ve como Presidente del Gobierno. Porque en política se llega para ganar y en VOX hemos llegado para eso. Y esperemos que pase pronto.
¿Se llega a tener amigos en la política?
Yo de momento he hecho amigos. En nuestro partido hemos hecho piña. Pero te diré que he hecho amigos de otros partidos en la Asamblea, de los que confío y sé que me dan buenos consejos porque son críticas constructivas.
Imagino que no serán de Podemos.
Claro que no. Ellos no quieren nada bueno para nosotros. Pero ya te digo que sí he encontrado gente buena de otros partidos.
Estilismo: María Álvarez. Maquillaje y peluquería: Pablo Cerdán. Agradecimientos: La Masía de José Luis. Paseo de la Puerta del Ángel, 3. Madrid. Telf.: 914 798 615. www.joseluis.es
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