Era 1717 cuando Felipe V ordenó levantar un palacio con imponentes jardines y fuentes en el municipio segoviano de La Granja de San Ildefonso. Siguiendo la tradición real de buscar enclaves de recreo y disfrute en los alrededores de Segovia, el que en fuera el primer Borbón en reinar en España -conocido como El Animoso-, nada más ver lo que era por entonces la granja de San Ildefonso, tuvo clara la idea que llevaría a cabo tres años después, comprar el terreno a los jerónimos y crear el Real Sitio de La Granja de San Jerónimo. La idea: establecer allí un lugar para retirarse cuando le llegara el momento.
Tan solo seis años más tarde de dar la orden los reyes ya estaban viviendo en el palacio, pero cuando en un mes de enero de 1724 el Animoso anunció que abdicaría en su hijo Luis I, la prematura muerte de éste en agosto le hizo volver al trono y convertir a su palacio en un lugar que albergara también a toda la Corte, siendo, no solo su sede, sino también su Real Sitio favorito.
Desde entonces el palacio y sus alrededores han ido extendiendo su terreno e incorporando nuevos elementos que lo convierten hoy en uno de los monumentos y emblemas patrios más admirados alrededor del globo terráqueo. Tanta es su grandeza que incluso que la reina Letizia vistió hoy este lugar con todos los consortes de los líderes que visitan nuestro país estos días a propósito de la OTAN.
Las fuentes más sostenibles del siglo XVII
En un recorrido acompañado por un guía, todos los visitantes pudieron conocer las entrañas de lo que en su día fue uno de los mayores deseos de Felipe V. Una obra que comenzó en 1721 de la mano del arquitecto español Teodoro Ardemans -quien se encargó de la remodelación de lo que hoy día es el palacio- del francés René Carlier, el responsable del diseño de los jardines, y de otros muchos grandes nombres que han ido incorporando al palacio una huella barroca que, con la distancia que el propio Felipe V siempre quiso mantener, recuerda sutilmente al palacio de Versalles.
El Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, declarado conjunto Histórico Monumental, se encuentra ahora abierto al público de martes a domingo para que todo el que quiera pueda recorrer sus estancias. Se trata de un terreno de 146 hectáreas que cuenta con 26 fuentes monumentales, un laberinto y un gran estanque de agua que abastece a las fuentes.
En su visita, Letizia y los consortes que se desplazaron hasta Segovia realizaron primero un paseo por estas fuentes fue el primer tramo del recorrido con el objetivo de conocer sus sistema hidráulico, considerado uno de los mejores y más sostenibles del siglo XVII que todavía siguen en activo. Su estructura, además, cuenta con esculturas mitológicas que las ornamentan y completan su funcionalidad, con la belleza de las mismas y el entorno.
El Museo de Tapices o la colección más rica del mundo
Este Real Sitio conserva todavía muchos de los espacios que teletransportan al visitante al pasado. Enmarcado entre los jardines franceses, se levanta el palacio, un edificio de estilo italiano y de fachada de piedra rosa, marmito y mármol. Entre las salas de su interior varias se imponen como visitas necesarias. El Museo de Tapices es un espacio que antes albergaba las dependencias de los infantes y parte de las habitaciones privadas de los reyes que fueron quemadas en un incendio devastador en 1918. Su reconstrucción se realizó ya con un objetivo que todavía se mantiene hoy: acoger en una muestra la colección de tapices de la corona española (que es la más rica del mundo además de la de Viena). En él se encuentran obras flamencas creadas antes del nacimiento de la Real Fábrica de Tapices de Madrid.
Un viaje al pasado: la Real Fábrica de Cristales
Tras tomarse un café en el Dormitorio del Rey, Letizia acompañó al resto del grupo a otra de las estancias más características que rodean a este gran edificio: la Real Fábrica de Cristales, un edificio de 25 metros cuadrados que fue reconstruido por Carlos III en 1770 tras el incendio. En ella cada visitante vuelve a viajar al pasado y conocer las técnicas de fabricación de vidrio de entonces, así como otros procesos y actividades relacionados con el mundo del vidrio. Desde una demostración real de los trabajos en los hornos, hasta los procesos de moldeado.
El conjunto del Real SItio de La Granja de San Ildefonso alberga en su interior una infinidad de rincones para descubrir. Un camino por el arte, la arquitectura y, sobre todo, por la historia de España.
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