Tres décadas son las que han pasado desde que, en 1992, Madonna se subiera a la pasarela de Jean Paul Gaultier capitaneando la gala que apoya a AmfAR (fundación americana para la investigación del sida) en el Shrine Auditorium de Los Ángeles. Lo hizo frente a más de 600 personas enfundada en uno de los vestidos que marcaron un antes y un después en la historia de la casa de moda francesa: un diseño de falda de tubo azul marino con raya diplomática con el que dejó ver su pecho enmarcado por un arnés.
Desde entonces el diseñador lanzó versiones infinitas de este icónico diseño y mujeres como Pink o incluso Hailey Bieber lucieron en alguna ocasión piezas que recordaron a aquel momento que inauguraba una nueva década en la moda. Lo que nadie hizo en todos estos años que han transcurrido desde entonces, en cambio, fue atreverse a lucir un diseño que se fuera casi idéntico al de 1992, excepto Kim Kardashian.
La mayor del «klan» asistió ayer al desfile de Jean Paul Gaultier de otoño-invierno 2022/23 en París, con Olivier Rousteing como diseñador invitado de la colección, acompañada de su hija, North West, luciendo una reinterpretación del afamado diseño. Lo hizo, eso sí, sustituyendo el arnés por un corsé nude con el que tapó su pecho.
Kim Kardashian también decidió darle una aire un aire mucho más punk al atuendo. Si Madonna en su día lo llevó con una gorra marinera negra y botas militares, Kim esta vez decidió añadir varios complementos al conjunto. Escogió un collar rígido metalizado que rodeó su cuello, un piercing de aro en la nariz con cadena, dos brazaletes rígido, gafas de sol negras y botines negros de piel con suela metalizada y tacón. Si la discreción nunca ha sido una de sus cualidades, en esta ocasión todavía lo fue menos ya que aprovechó el talento de Rousteing para honrar por todo lo alto a Jean Paul Gaultier y a su trayectoria.
En un desfile que resultó una oda a los diseños más emblemáticos de la casa de moda, un recuerdo tanto a sus siluetas más clásicas como a las más atrevidas, Kim Kardashian estuvo acompañada por su hija (quién además lució también un conjunto de raya diplomática y piercing en la nariz), pero también por su madre Kris Jenner, que optó por un estilismo más discreto de traje negro con hombreras oversize y camiseta de rayas marineras.
Hace apenas menos de un día que Kim Kardashian se subía a la pasarela de Balenciaga sorprendiendo a todos los asistentes en uno de los desfiles más virales de la firma, en el que participaron otras personalidades como Nicole Kidman o Dua Lipa. Ahora, con esta aparición estelar en el desfile Jean Paul Gaultier, reafirma que si alguien sabe llamar la atención, ésta es Kim Kardashian.
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