Cremas antiedad: lo que debes saber antes de utilizarlas

Cremas antiedad: lo que debes saber antes de utilizarlas

Si te encuentras entre los 25 y los 35 años es muy probable que, a la hora de comprar productos de belleza como cremas y sérum de cuidado facial, te encuentres con el problema de no saber qué es lo que mejor le va a tu piel y a sus necesidades. Existen muchas opciones para pieles jóvenes y para pieles maduras, pero ¿cómo es nuestra piel en esta franja de edad? ¿Qué es lo que realmente necesita? Está claro que la hidratación y la protección diaria fundamental es básica a cualquier edad, pero ¿deberías empezar a apostar por ingredientes antiedad para prevenir y anticiparte al proceso de envejecimiento? ¿O esta es una forma de malacostumbrar a tu piel y hacerla “más vaga” de cara al futuro? Hemos hablado con la doctora Adriana Juanes, dermatóloga del Instituto Médico Láser, para que resuelva todas las dudas que nos puedan surgir.

Lo primero que tenemos que hacer es identificar los ingredientes antiedad que podemos encontrar en nuestros productos cosméticos. Básicamente son cuatro: la vitamina C, el retinol, los alfa hidroxiácidos y el ácido hialurónico. “La vitamina C aporta luminosidad y reduce la aparición de manchas oscuras, ya que inhibe la síntesis de melanina y estimula la formación de colágeno y ácido hialurónico mejorando la hidratación de la piel”, nos explica la doctora Juanes. Por otro lado, los alfa hidroxiácidos mejoran el tono, la textura, las cicatrices y la luminosidad de la piel ya que promueven una regeneración epidérmica e inhiben también el exceso de síntesis de melanina”.

El ácido hialurónico es uno de los ingredientes clave de cualquier tratamiento antiedad ya que “hidrata, regenera y rellena desde la profundidad hasta la superficie las fracturas dérmicas y epidérmicas que se manifiestan como arrugas y mejora la densidad y turgencia cutáneas”, mientras que “el retinol, protagonista por excelencia entre los ingredientes antiaging, tiene un efecto de renovación celular epidérmica, microexfoliación, y regeneración de las capas más profundas de la dermis mejorando todos los aspectos comentados anteriormente: textura, tono, luminosidad, hidratación y homogeneidad cutáneos”.

En general, los tratamientos antiedad se recomiendan a partir de los 25 años.

Está claro que el ácido hialurónico es uno de los ingredientes que empezamos a incluir dentro de nuestra rutina de belleza ya en edades tempranas para mantener la piel bien hidratada y nutrida, pero ¿y qué pasa con el resto? ¿Existe alguna edad que podamos marcar como el punto de inicio para empezar a incluirlos en nuestra rutina de belleza? Pues sí, y es mucho antes de lo que te imaginas. “En general los tratamientos antiedad se recomiendan a partir de los 25 años, ya que a esa edad cuando se empiezan a manifestar los primeros signos en la piel. No obstante, la hidratación y la fotoprotección solar, se deben emplear a diario a cualquier edad desde la infancia ya que es esa la mejor manera de prevenir los daños futuros que los agentes externos como el sol, entre otros, pueden originar en la piel”, afirma la doctora Juanes.

Y si existe una realidad es que muchas de nosotras hemos oído comentar que utilizar cosmética antiedad cuando no se necesita es una forma de hacer que nuestras células se vuelvan perezosas y nuestra piel trabaje peor durante el proceso de renovación celular. Otros, sin embargo, afirman que este tipo de cosmética aplicada en las pieles aún jóvenes ayuda a prevenir la aparición de arrugas y líneas de expresión. Pero, ¿quién lleva la razón? ¿qué es lo que debemos hacer en un caso así? “La prevención, aunque no se necesite, es fundamental para retrasar la aparición de los signos de la edad y mejorar los daños que ya están presentes en la piel”, nos cuenta la doctora Juanes. “El uso de tratamientos cosméticos antiaging en forma de cremas de día y noche, junto con el uso de fotoprotectores, mejora visiblemente la calidad de la piel sea cual sea la edad del paciente. Revierte los primeros signos de envejecimiento y es una clave en el cuidado diario cutáneo fundamental y complementario a cualquier tratamiento estético”.

Fecha original del artículo: 2017




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