Que las pieles mate han pasado a un segundo plano esta temporada es algo que ya tenemos asumido. Los rostros jugosos e incluso con un brillo extremo se han apoderado de las alfombras rojas y también han dado el salto a la calle. Y es que este acabado resulta mucho más cómodo de mantener y es más realista, puesto que no necesita que estemos controlando constantemente los brillos, sino que estos son bienvenidos.
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Con todos estos antecedentes, una evolución natural de la tendencia ha sido la extensión del brillo y la luminosidad hacia los ojos. Algo más común es la colocación de un punto de luz en la zona de lagrimal, que se consigue poniendo un poco de sombra irisada o iluminador. Ahora esta tendencia se ha intensificado, extendiéndose a la totalidad del párpado.
Se llama eyelighter y se trata de poner pigmentos níveos o perlados por todo el párpado, de manera que cuando la luz rebota sobre ellos, ilumina y realza los ojos creando un juego de luces parecido al de las pompas de jabón cuando son atravesadas por la luz. Y lo mejor de la tendencia es que, por un lado, es muy fácil de aplicar puesto que el reflejo de la luz lo hace todo y ahí la mano humana no tiene que intervenir. Solo tienes que colocar el pigmento en aquellas zonas que quieres que brillen, sin preocuparte de conocer demasiado las técnicas profesionales de maquillaje de ojos.
En segundo lugar, estos tonos blanquecinos combinan con todo los colores de iris, por lo que saber si esta tendencia encaja con tus ojos tampoco debe ser un obstáculo. No obstante, es cierto que los pigmentos y sombras suelen tener un subtono que puede ser rosado, azul, o verdoso, entre otros. Puedes guiarte por estos colores para escoger el producto que más resalta tu color de ojos.
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Además de estas ventajas, si eres de las que no puedes vivir sin el corrector de ojeras, esta tendencia también persigue el objetivo de camuflarlas. El posicionamiento estratégico de estas sombras irisadas consigue destacar aquellas zonas que nos interesan y ocultar los signos de cansancio, además el ojo parece más grande y más despierto. Es el mismo efecto que cuando aplicamos iluminador en el rostro.
Cómo aplicar el eyelighter
En el resultado final de esta técnica es determinante el producto que se elija. En cuanto a los colores, la tendencia marca colores blanquecinos que se funden con tonos pastel para crear esa apariencia nívea con influencias fantásticas que busca este maquillaje. De la formulación del producto depende su aplicación.
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Si optamos por lápices jumbo o sombras en crema es preferible distribuirlos con los dedos (será la mejor opción cuando buscamos un look exprés). Por el contrario, para los productos en polvo, ya sean prensados o sueltos, es preferible una aplicación con pinceles: utiliza uno plano para depositar y otro de pelo más suelto para difuminar. Aunque esta técnica requiere más trabajo, también proporciona mayor control en la aplicación y unos resultados más profesionales.
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