Subirse a un avión es sinónimo de emoción por emprender un nuevo viaje. El hormigueo en el estómago segundos antes de despegar no se pasa, por muchas veces que hayamos atravesado la puerta de la cabina y la emoción de sobrevolar las nubes sigue presente en el niño interior que permanece con nosotros.
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Dejando a un lado todo esto, no debemos pasar por alto que en el avión se dan unas condiciones muy especiales, en las que predomina el aire seco y la baja presión, unas circunstancias a las que no está acostumbrada nuestra piel. Por tanto, esta reacciona de una forma diferente a cuando pisamos tierra firme. En concreto, a la altura que se desplaza un avión, la humedad del habitáculo de pasajeros desciende hasta un 20%, mientras que lo adecuado para nuestra dermis es un nivel entre el 40 y el 70 %.
Las consecuencias no se hacen esperar y se manifiestan en forma de deshidratación. Y no pienses que si se trata de un vuelo corto estás a salvo, pues afecta de la misma forma. Posteriormente pueden aparecer otros problemas como piel grasa -aquí puedes encontrar los 20 mejores sérums para pieles grasas- o hinchazón.
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Sin embargo, conociendo estas consecuencias, podemos poner en práctica algunos rituales de belleza para prevenirlas. Los días antes de volar debes dedicarlos a preparar tu piel para que las consecuencias sean mínimas. Para ello, es el momento de sacar partido a las mascarillas faciales. Entre las 10 mejores mascarillas para pieles secas puedes encontrar referencias con un alto poder de hidratación, que le dará las reservas que tu dermis necesita para el día del viaje. Ser constante durante estas jornadas y apostar por formulaciones ricas en ácido hialurónico te garantizará una piel nutrida y con los niveles de agua adecuados.
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Una vez que hayas embarcado, también puedes hacer mucho por tu piel. Lo primero es mantener la higiene de la dermis, para lo que deberás rociar sobre la misma un purificador de piel para evitar que las bacterias se queden en ella. Ten en cuenta que el 50% del aire de un avión es reciclado por lo que no tiene la mejor calidad para estar en contacto con tu rostro. Si el vuelo es de duración media o larga, también puedes aprovechar para aplicar otra mascarilla de tela, esto refrescará tu rostro y aumentará los niveles de humedad en el mismo. Déjala actuar durante 15-20 minutos y después masajea el producto que haya quedado sobre la piel.
Tampoco debemos olvidar la protección solar y es que estamos más cerca del astro rey que cuando tenemos los pies en la tierra. Esto significa que los rayos inciden con mucha más fuerza sobre nuestra dermis, lo que hace la protección, con un factor mínimo de 30SPF un imprescindible, puedes elegir entre los 20 mejores protectores solares del mercado. Esto se puede complementar con un suplemento antioxidante unas horas antes de despegar, para protegernos contra los efectos dañinos de los rayos UV, desde dentro hacia fuera.
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