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Rocío Carrasco sigue en su periplo de querer contar la verdad para esclarecer muchas cosas que han pasado en su familia durante años y que no tenían explicación o sólo contaban con la versión de una sola parte, y esta vez, en el capítulo 12 de su docuserie ‘En el nombre de Rocío’, tras hablar del negro episodio del accidente mortal de Ortega Cano, ha querido contar el motivo de una de las rupturas familiares más sonadas: la suya con su propia hermana, Gloria Camila Ortega. Dale al play para descubrir lo que ha pasado entre ellas.
La empresaria ha tenido muy buenas palabras para ella: «La que yo recuerdo era una Gloria pizpireta, graciosa, muy lista e inteligente. Era una niña zalamera en el buen sentido porque se quedaba con la gente«, ha dicho, y añadía: «Era muy linda«. Sin embargo, algo cambió el día en que Rocío Carrasco tuvo la gran discusión con su hija en casa. Las adolescencias de Gloria Camila y Rocío Flores coincidieron en el tiempo, y aunque ambas tuvieron adolescencias difíciles, la de Gloria fue de gran preocupación para José Ortega Cano, que a pesar de su tensión, quiso contar con la ayuda de Carrasco: «Después de que me ocurriera lo mío en julio (refiriéndose a su hija), Ortega me llamó por teléfono. Era una llamada de auxilio, de échame una mano porque Gloria estaba teniendo una adolescencia complicada», ha recordado.
La conversación entre hermana mayor y hermana pequeña fue muy fluida a pesar de que Rocío tuvo que tragarse sus problemas personales para poder afrontar esa conversación con su hermana, una conversación que Gloria Camila se tomó bien y con vistas a cambiar su actitud, pero un giro en los acontecimientos tiró todo por la borda: «José me llama y empieza a decirme que quién me creo yo, que quién soy yo para decirle a su hija cómo se tiene que comportar, que yo no soy su madre. Todo eso me descolocó y en ese momento se me inundó la cabeza de lo que había vivido unos meses antes (refiriéndose de nuevo a la discusión con su hija). Me desbordé y me quité de en medio», ha dicho Rocío con los ojos vidriosos en su docuserie.
En ese momento, Rocío ha aclarado que su problema de salud mental se agravó, y fue cuando empezó a ir al psiquiatra, que redacta un informe en el que se dice que Rocío presenta «síntomas de depresión con insomnio, sensación de tristeza, ideación mórbida (o, lo que es lo mismo, pensamientos de quitarse la vida) y sensación de estar bajo presión. «En ese momento decido desaparecer. No estaba ni para mí. No quería saber nada de nadie. Sólo quería enterrar la cabeza en el suelo«, ha reconocido, que asume también su parte de culpa en ese distanciamiento por cómo ella estaba. «No creo que Gloria Camila supiera cómo estaba yo. Se estará enterando ahora».
Precisamente la buena relación de tía y sobrina que une a Gloria Camila con Rocío Flores ha sido clave en ese distanciamiento, ya que al apartarse Rocío de la familia, ‘empujó’ a Gloria a unirse más a la otra parte, en la que también estaba ‘el ser’: «No me cabe la menor duda de que le han dado una versión distorsionada de lo que pasó con mi hija», ha afirmado Rocío, que también ha respondido a la gran pregunta: no se siente mentalmente preparada para tener una conversación ni un acercamiento con su hermana: «Esa posible conversación es estéril desde que hay un núcleo que es ‘el ser’. No puedo estar con alguien que tiene relación con esa persona. Quien lo critica es porque no ha tenido nunca un problema mental o no se ha visto nunca inmerso en una depresión o no ha tenido nunca un ataque de pánico».
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