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Durante las vacaciones de verano se comparte mucho tiempo en familia, el reloj se para y se relajan las rutinas, los horarios y las obligaciones. Todo esto hace que, cuando llegan a su fin, se haga difícil volver a la rutina y recuperar el ritmo del día a día. Lo cierto es que ya hemos hablado más veces de la vuelta al colegio y cómo preparar a los niños, pero los adultos también necesitan saber cómo afrontar el fin de las vacaciones de los niños en diferentes aspectos:
Vuelta al cole en el plano emocional
La vuelta al cole y el fin de las vacaciones de los niños es, para muchas familias, en buena medida, un descanso y un respiro, puesto que es verdad que tener a los niños ociosos todo el día, sobre todo cuando los padres y madres tienen que seguir trabajando y haciendo malabares para conciliar, se vuelve complicado. Además, la intensa actividad de los niños y su energía a veces agotan y muchos padres y madres ven la vuelta a la rutina como cierto orden y descanso. Sin embargo, desde el punto de vista emocional, para muchos padres y madres, el fin de las vacaciones supone pasar menos tiempo con sus hijos, volver al ritmo diario que muchas veces está marcado por el estrés, las responsabilidades y la falta de tiempo, factores que para mucha gente hacen más difícil afrontar esta etapa.
Hay, sin duda, unos casos en los que este fin de las vacaciones se vuelve aún más duro: para aquellos padres y madres que esto supone separarse de sus hijos por primera vez, es decir, los que se incorporan de la baja de maternidad o paternidad. Tal y como explica el neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao “Algunos papás y mamás comienzan su vuelta al trabajo con remordimientos, otros con culpa, algunos, los más afortunados, con un punto de ilusión por reencontrarse con los compañeros y con la independencia de salir de casa para realizar su trabajo, pero todos, o casi todos, con el corazón partido por separarse de su bebé”, ante lo que aconseja y reconforta asegurando “no te preocupes, lo estás haciendo bien. Llevas muchos meses construyendo un vínculo único e irremplazable con tu bebé. Por eso, por todo el amor que le has dado, aunque sea un poco duro al principio, podrá esperar que regreses siempre que tenga a su lado una persona que le cuide, le sostenga, le alimente y juegue con ella o él mientras tú no estés. Cuando llegues, como hacen todos los papás y mamás, dale un beso y un gran abrazo. Dile que le has echado de menos y dedícale toda tu atención. Eso sanará sus heridas y le hará saber que, aunque estéis separados, siempre lo llevas en tu corazón”.
Vuelta a cole, organización y planificación
No cabe duda de que el fin de las vacaciones de los niños supone un reto en cuanto a organización y planificación familiar.
Los expertos aconsejan empezar a adaptar de nuevo los horarios de comida y sueño de los niños al menos una semana antes de que empiecen las clases: «Tanto los niños como los adultos necesitamos tiempo para poder adaptarnos a los nuevos horarios y rutinas, sobre todo los más pequeños. Por ello, es importante evitar los cambios bruscos», explica la psicóloga Silvia Álava.
También es de gran ayuda elaborar un calendario o agenda en que se anoten las actividades familiares del día a día y establecer unos horarios y un reparto u organización en cuanto a las mismas. Es importante, a su vez, plantear el tema de las actividades extraescolares teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales: que no deben sobrecargar la agenda de los niños ni las nuestras y que deben ser actividades que a los niños les resulten atractivas, apetecibles y motivantes. En este sentido, te damos algunos consejos en nuestro artículo “Actividades extraescolares: cómo elegirlas bien”.
Poner límites y recuperar rutinas para volver al cole
No es fácil recuperar rutinas después de un periodo en el que hemos relajado o abandonado las mismas, por eso es necesario tener paciencia y empatía, sobre todo con los niños. En este proceso juegan un papel muy importante los límites, pero antes de establecerlos es necesario que los pensemos bien y, si el niño tiene la edad suficiente, es buena idea que estemos abiertos a negociarlos y a consensuarlos. Eso sí, hay que tener claro que los límites son necesarios y que hay cosas innegociables. Los límites deben ser puestos y manifestados desde el respeto, pero con claridad: “los niños son niños, tienen valores y preferencias distintas a las de los adultos, y está bien que sea así. A la hora de poner un límite no hay que pretender que lo vean como nosotros y además nos den las gracias por limitarles, porque lo que ellos piensan y sienten es otra cosa. Podemos razonar o explicar, pero pretender convencerles o incluso imponerles pensar y sentir como los adultos que no son, es poco empático y adultocentrista”, explica el psicólogo y divulgador Alberto Soler: “Debemos poner límites a los niños de forma clara y con las explicaciones justas. No digo sin explicaciones, pero con las justas. Porque a veces lo que ocurre es que detrás de tanta explicación se esconde, por parte de la familia, un miedo a poner el límite, una falta de seguridad: parece que quieran convencer a sus hijos para que sean ellos quienes se pongan el límite ellos solitos, y así a ellos no les tocaría hacer de “poli malo”. Pues lo siento mucho, pero esta es parte de nuestra tarea de adultos. Decir que no a cosas que a tus hijos les gusta, no suele ser agradable para nadie. Pero escurrir el bulto y pretender que sean ellos los que hagan esta función no es justo. Ellos no pueden. Tenemos que hacerlo nosotros”, asegura Soler.
Novedades e ilusión en el regreso al colegio
Es fundamental afrontar el nuevo inicio de curso con ilusión y para ello es de gran ayuda que se presenten algunas novedades respecto al curso anterior: esto es básico para niños y adultos. De este modo los peques pueden plantearse la vuelta con experiencias nuevas por disfrutar y con emoción.
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