El pasado 8 de septiembre, Reino Unido enmudecía con el fallecimiento de la que había sido su monarca más longeva, Isabel II, a los 96 años de edad. El Palacio de Buckingham daba a conocer la noticia a través de un breve comunicado en redes sociales donde tan solo apuntaba el lugar, el castillo de Balmoral, su habitual residencia de verano y donde la Reina había decidido pasar los últimos meses.
Ahora, diez días más tarde, el certificado de defunción de Isabel II, publicado los llamados National Records of Scotland, ha desvelado nuevos detalles. Según aparece en el acta la monarca habría fallecido a las 15:10 hora local (16:10 horas en España), por lo que según apuntan algunos medios tan solo su hijo, el actual rey Carlos III, la reina consorte Camila y la princesa Ana (encargada de firmar este mismo documento) le acompañaron.
Asimismo, la publicación también apunta a la «vejez» como causa natural de la muerte.
La revelación del certificado no ha estado exenta de polémica. En el caso del príncipe Felipe, fallecido en abril de 2021, dicho documento no fue revelado porque su muerte se produjo en el castillo de Windsor, Inglaterra, y no en Escocia, nación donde no está vigente la ley de 1836 que protege los datos de la Familia Real.
Tras el fallecimiento, su hijo, el actual rey Carlos III, estableció once días de luto oficial en Reino Unido. Una larga despedida en la que ciudadanos británicos de diferentes rincones del país se movilizaron para mostrar públicamente el cariño y respeto que confesaban por la que había sido su reina durante las últimas siete décadas -el pasado mes de junio tuvieron lugar las celebraciones por el Jubileo de Platino-.
Un homenaje que culminaba en la abadía de Westminster el pasado día 19 de septiembre con un funeral de Estado que reunía a más de 2000 invitados entre todos los miembros de la Familia Real británica, de las monarquías más importantes del mundo, jefes de Estados y personalidades más relevantes en una ceremonia sin precedentes.
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