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La semana pasada en El juego de mi destino, Cemal no pudo contenerse y terminó besando a Asiye ante la mirada de una escondida Nergis. En los cpaítulos 17 al 20 de esta semana en El juego de mi destino, toda la familia de Harun estaba reunida, disfrutando de una agradable velada, cuando, de repente, Necmi apareció e interrumpió a los presentes. Asiye se quedó de piedra, observando al recién llegado, sin poder decir casi ni una palabra. Necmi comentó ante el resto que era una viejo amigo de Asiye. Esta se acercó a él pare evitar que hablase de más y, en susurros, le pide que no dijera nada: «Ahora conversaremos fuera, pero cállate. Te lo pido».
Harun, sin saber quién era, realmente, la persona que tenía enfrente de él, le sugirió que les acompañase a cenar o, por lo menos, se tomase algo con ellos. Necmi le agradeció la invitación, pero declinó la oferta, alegando que tenía que irse. Eso si, antes de abandonar el lugar, miró, fijamente, a Asiye y comentó que, más pronto que tarde, volverían a verse.
Minutos después, Asiye se escapó de la reunión y se citó con Necmi en uno de los pasillos del hotel. La mujer le preguntó cómo era posible que les encontrara a ella y a sus hijos. El joven explica que vio una foto de Ugur en el periódico, donde se decía que este era nieto de Harun Demirhan: «Solo me hizo falta investigar un poco y llegué hasta aquí».
Un chantaje muy inoportuno
Necmi le dijo a Asiye que no tenía intención de ir a la policía y denunciarles, pues ya lo habría hecho si quisiera. Pero si deseaba saber qué fue lo que ocurrió con Halil y por qué terminó matándole. «Ese maldito trató de abusar de mi hija y solo nos defendimos de él», le confesó la mujer. Necmi prometió quedarse callado a cambio de obtener todo lo que él pidiera. A Asiye no le quedaba más remedio que hablar con Mahir, para hacer frente al chantaje.
De regreso a la cena familia, Asiye sufrió las constantes burlas de Zahide, quien trató de humillarla por su origen humilde. Cemal, que no podía contenerse, le pidió a su cuñada que parase con los comentarios inoportunos, pues no le gustaba ver cómo hacía sentir mal a gente tan noble como Asiye. El interés del hombre en la recién llegada, comenzó a despertar el recelo de la mujer de Raci.
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