Más allá del incalculable valor de su legado artístico (e inmobiliario), Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba era poseedora de una gran colección de joyas entre las que destacaban collares de esmeraldas, pulseras, brazaletes de diamantes, pendientes de gran valor y, por supuesto, tiaras.
Entre los múltiples tesoros que albergaba el joyero, una pieza lograba despuntar por encima del resto por el gran valor sentimental que tenía para la aristócrata. Nos referimos a la Tiara Rusa, una pieza que heredó de su abuela materna, María del Rosario de Gurtubay, duquesa consorte de Híjar, y que utilizó en algunas de las ocasiones más importantes de su vida. Además, la duquesa de Alba le prestó esta diadema a su nuera María de Hohenlohe en 1977, para celebrar su boda con Alfonso Martínez de Irujo; y en 1988 a Matilde Solís para el enlace con Carlos Fitz-James Stuart.
Sin embargo, tal y como apunta en las memorias que fueron publicadas en 2011 bajo el título Yo, Cayetana, se vio en la obligación de vender este bien preciado, «una joya muy querida y simbólica para la Casa», tal y como ella misma la define, para comprar un caballo de competición a su hijo Cayetano. «Tuve que vender la diadema rusa para que Cayetano se pudiera comprar un caballo maravilloso, Gigoló, y pudiera dedicarse a la equitación y competir», afirma en el libro.
Años más tarde se supo que la Tiara Rusa pasó a formar parte de la colección del joyero Joseph Saidian & Sons. Aunque actualmente es propiedad de la joyería estadounidense M.S. Rau Jewels, quienes finalmente han decidido ponerle precio: 2,5 millones de euros.
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La cuenta de Instagram @archivodejoyas desvelaba la información esta misma semana ante la sorpresa del público. Por el momento no sabemos más detalles sobre la venta, habrá que esperar para conocer quien es el afortunado que añade a su joyero esta pieza con gran historia para la casa de Alba.
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