En la 30 edición de los Premios Princesa de Asturias todos los expertos en moda se han puesto de acuerdo: la Reina eligió a la perfección su estilismo. Ante las críticas de los dos días previos, con el vestido de escote en la espalda y el negro que potenciaba la musculatura de sus brazos, los ojos estaban puestos en qué elegiría la monarca en esta ocasión. Y para sorpresa de los más críticos, acertó con un vestido de Carolina Herrera bicolor.
Perfectamente combinada con la Princesa de Asturias en tonalidad, la Reina cuidó hasta el más mínimo detalle para la ocasión, y cómo no, también sus joyas. Precisamente en este aspecto, la Reina apostó por el contraste y, frente a los pendientes de diamantes del Emir de Qatar, decidió sacar de su joyero Real una de las piezas más accesibles, pero también de sus preferidas: el anillo de la diseñadora británica afincada en España Karen Hallam.
Se trata de una pieza que estrenó por primera vez en 2019 y que desde entonces hemos podido ver en numerosas ocasiones en sus dedos, sobre todo en actos de día. Este anillo de hueco ovalado realizado a mano tiene varias versiones y precios, desde el más económico en plata, pasando por el bañado en oro (el que luce la Reina) o incluso puede ser realizado por completo en oro macizo, aunque en este caso su precio alcanza los 1.000 euros.
Cuando en 2019 lo llevó por primera vez, su autora, cuya tienda se encuentra en el madrileño barrio de Chueca, aseguró que muchos se habían interesado por este modelo y las ventas habían crecido razonablemente. Esta vez, la reina Letizia lo ha llevado en el dedo índice, dandole un toque más actual.
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