‘Café con aroma de mujer’, avance semanal de los capítulos 13 al 17: Una boda con sorpresas

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    En los capítulos anteriores de Café con aroma de mujer, la joven se presentó en Colombia con la intención de recuperar a Sebastián. En los capítulos 13 al 17 de esta semana en Café con aroma de mujer, la situación del lavado de dinero se está empezando a salir de control e Iván teme que su familia termine descubriendo para qué está usando la compañía familiar y qué fue lo que Octavio supo de él antes de morir. Su socio, Carlos Mario trata de calmarle, pero nada de lo que le dice surte efecto. Estar a las puertas de su boda, tampoco ayuda mucho.

    Al día siguiente, Sebastián, que ha decidido quedarse en la hacienda, como mínimo, hasta el enlace de su hermano y Lucrecia, encuentra una serie de documentos que no dejan muy bien parado a Iván. Dichos papeles ponen en entredicho la buena dirección de la compañía que, según su hermano, ha estado llevando a cabo durante años, mientras él estaba trabajando en el extranjero.

    Sebastián, dispuesto a aclararlo todo, reúne a la familia y expone sus dudas acerca de la transparencia con la que Iván está llevando el negocio familiar. Con lo que el hombre no cuenta es con la habilidad de su hermano para dar la vuelta a la tortilla. Iván, rápido de mente, inventa varias excusas con las que trata de demostrar su inocencia, frente a las graves y fuertes acusaciones que Sebastián sigue vertiendo sobre él y lo consigue.

    Por su parte, Julia le pide a sus dos hijos que dejen a un lado sus rivalidades. Ahora que su esposo no está, siente que es su deben mantener a la familia unida, tal y como él habría querido.

    Paralelamente, Bernardo lidia con sus propios problemas. El chico no deja de pensar en Carlos, un joven de Bogotá que conoció mientras hacía turismo por la región. Este trató de besarle y Bernardo, en respuesta, le propinó un fuerte puñetazo. Esto lo hizo, nada más y nada menos, porque no quiere reconocer que, en verdad, es homosexual. Tiene miedo de la reacción de su familia. pero, no puede dejar de pensar en su «amigo especial».

    Pasan los días y llega la esperada boda de Lucrecia e Iván. La novia está radiante, pero más lo está Lucía, la madrina, que espera, con todo su corazón, que el bonito evento sirva para reconquistar a Sebastián. La joven se pone sus mejores galas, dispuesta a seducirle como sea.

    No obstante, sus esperanzas caen en saco roto cuando ve a su exnovio llegar del brazo de Gaviota. En un primer momento, Sebastián dudo en llevar a su amada a la ceremonia, pero ¿Qué mejor forma que esta para demostrarle a su anticuada familia cuánto la ama? Todos se quedan muy sorprendidos.

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    Pero, por si esto fuera poco. También, aparecen en el enlace Carlos Mario y Marcia, a pesar de que no habían sido invitados. Esto no gusta para nada a Iván, que piensa que su socio se está tomando demasiadas libertades para con él y no respeta sus órdenes, pues le pidió que no se apareciera por el lugar.

    Por otro lado, Sebastián nota que hay cierta tensión entre su amada e Iván. Cuando se quedan solos en su mesa, la recolectora aprovecha para contarle lo ocurrido con el contrato de compraventa que don Octavio le hizo firmar. «Su papá nos regaló esas tierras, pero Iván quería que pagáramos por ellas. Por suerte, su mamá intervino y nos salvó de semejante deuda», explica ella. El empresario le pide a su novia que si algo así vuelve a pasar, no dude en contárselo.

    Entretanto, Lucía provoca, disimuladamente, que Carmenza, quien estaba trabajando de camarera en la boda, le tire una copa de vino a Lucrecia, manchando así todo su vestido. Esta pierde los nervios y comienza a maltratar a la mujer. Gaviota, que no puede quedarse callada ante semejante injusticia, monta un escándalo.

    Sebastián trata de calmarla, pero la chica no hace caso a sus palabras. Muy triste, se marcha del lugar junto con su madre. Tras dejar a doña Carmenza en casa, Gaviota se refugia en los cafetales y rompe a llorar. Allí se encuentra con Leónidas Salinas, un agrónomo de la región, que siempre la ha querido, profundamente.



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