Ana María Aldon revive por hipnosis los malos tratos de su padre

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    Ana María Aldón ha protagonizado uno de los momentos más sobrecogedores del programa ‘Fiesta’ y es que se ha sometido a tres sesiones de hipnosis de la mano del experto Jorge Astyaro en las que ha realizado una regresión que ha puesto a todos los pelos de punta. La colaboradora ha experimentado una hipnosis muy especial cuya sesión ha durado hora y media: «Para mí, ha sido como si fuesen cinco minutos».

    Conocíamos que la ex de José Ortega Cano había tenido una infancia difícil pero no sabíamos hasta qué punto, al menos hasta ahora, y es que, en una de las sesiones, el subconsciente de Ana María viajaba a su infancia, cuando apenas tenía 7 años y vivía un episodio muy duro con su padre: «Lo he vivido con la misma intensidad y el mismo dolor físico, es lo que más me ha impactado. Recuerdo el dolor, la sangre, el olor, como latigazos…»

    Al inicio de la sesión, Astyaro le propone acogerse a una emoción a lo que Aldón conecta directamente con el dolor, ¿qué se lo provoca? «Mi padre». Según se sucede la sesión, el hipnotizador conoce más detalles de la escena: una joven Ana María se encontraba en un camión muy negro dolorida y sangrando: «me pegó». Tras ello, el experto le ayuda a salir de ese sentimiento y que su ‘yo’ actual recoja a esa niña y la ayude a sentirse bien. Pero esto no era el final. Más tarde recordaba otra escena: tenía ya 18 años y llorando cogía valor para llamar a la Policía, una decisión con la que está muy cómoda porque no solo se protegía a ella sino también a su madre, «no nos merecemos lo que vivimos».

    Esta regresión tenía como finalidad una cosa: la reconciliación. Y Ana María ha sido capaz de hacerla. Saltando a un recuerdo en el que él estuviera delante conseguía perdonarlo, tranquilizarlo y ponerle límites: «no me grites».

    En medio de esta situación de maltrato ella tuvo a su hija, Gema, cuando tenía 17 años. Recuerda, a través de la hipnosis, que se encontraba sola en el hospital y que su familia no fue a verla esa primera noche: «La niña no venía y me dijo la doctora que no sabía si la niña iba a sobrevivir», revela. Habla del padre de Gema y del sufrimiento que le quiso evitar al alejar a la criatura de ese hombre, algo que no le ha llegado a contar con su hija. De esto, poco ha hablado Ana María durante estos años y se abre para explicar cómo se sintió: «Mi madre no fue a verme al hospital cuando di a luz por miedo a mi padre porque aún vivía», aunque sí acudieron a la mañana siguiente.

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