Alberto II de Mónaco celebra 40 años como presidente de la Cruz Roja monegasca y su mujer, Charlène de Mónaco, un año en el cargo de vicepresidenta. Para celebrarlo, y como parte de los rituales anuales de la familia real de Mónaco, el soberano visitó esta ONG con su familia para conmemorar su aniversario como parte de la organización.
Como en cada una de sus apariciones públicas, Charlène fue el centro de atención del encuentro. La princesa consorte escogió para esta ocasión un acertado estilismo que estuvo formado por un top gris de punto y manga corta con botones negros en el hombro que llevó a juego con una falda de cintura alta ceñida al cuerpo del mismo tejido y color, ambas piezas de Louis Vuitton. Creando un look sofisticado y elegante para soportar el frío que acecha por estas fechas. Charlène añadió unas medias negras tupidas al outfit y unos zapatos de salón de piel con tacón alto y fino, también firmados por la maison francesa.
El broche final del atuendo pasó por añadir al conjunto una de las prendas exteriores más versátiles de la temporada, un abrigo clásico de paño negro con largo por encima de la rodilla. Poco más necesitó la africana para elevar este atuendo, ya que la royal prescindió de añadir bolso y tan solo escogió como complemento unos pendientes pequeños discretos.
Los looks de Charlène son y siempre han sido uno de los más comentados de las realezas europeas. Desde que se comenzara su noviazgo con Alberto II y, todavía más, desde que se casaran hace ya más de diez años, su estilo ha ido evolucionando. Sin embargo, la exnadadora continúa siendo una de las máximas referentes de moda del panorama real actual.
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