Si antes todo pasaba por mantener los rizos bajo control, ahora la tendencia es justo la opuesta: llevar los rizos en su máximo esplendor. Los rizos han sido liberados y se han erigido como una de las melenas más envidiadas. Pero lo cierto es que mantener los rizos es todo un reto, y es que sacarles partido tiene truco.
Mantenlos siempre hidratados
El pelo rizado suele ser un pelo de tendencia seca y por su forma ondulada tienden a perder hidratación, ya que el sebo que se genera en el cuero cabelludo no alcanza toda la superficie de la fibra capilar. «La falta de hidratación está presente en muchas melenas rizadas, aunque no de la misma forma, y es la causa de que el pelo rizado tienda a encresparse. Cada cuero cabelludo es diferente y hay que analizar su oleosidad para aportar la hidratación necesaria de una forma equilibrada.», explica M.ª José Llata, especialista capilar.
Atenta a sus necesidades
Y es que, a pesar de que se habla de pelo rizado en general, cada uno es un mundo y con necesidades diferentes. Todo depende de la hidratación natural, la porosidad y la elasticidad de cada melena. «No todas las melenas absorben los líquidos de la misma manera, es decir hay fibras más porosas que otras. También las hay más finas o más gruesas y el grosor es el que determina el porcentaje de emolientes a aplicar, si deben ser más o menos pesados. Lo mismo sucede con la oleosidad, la grasa que generamos, y eso determina cómo lavar y exfoliar. Por último, la elasticidad, siempre diagnosticada de un modo profesional, determinará la flexibilidad, un aspecto que indicará la necesidad de aportar proteínas o agua.», afirma Llata.
«El tipo de porosidad depende de cómo están unidas las escamas que forman la fibra, que pueden estar más abiertas o más cerradas. Eso es lo que impide que penetren los principios activos, si están más cerradas, y también que pierda la hidratación, si están muy abiertas. Un tipo de porosidad baja hace que tarde mucho el pelo en mojarse bajo la ducha y en secarse y también que sea más difícil de peinar. Por tanto, al no absorber bien, los ingredientes muy pesados como los aceites dejan un aspecto demasiado grasiento. Cuando la porosidad es alta, el pelo tiende a secarse rápido y a encresparse. La fibra se empapa de hidratación, pero al mismo tiempo la pierde fácilmente», añade la experta.
Qué productos tengo que utilizar para cuidarlo
En este sentido, en función de la porosidad, utilizaremos unos productos u otros: «»Si la porosidad es baja, evita los aceites demasiado densos y escoge fórmulas más ligeras como aceites de semilla de uva o de almendras. Mejor también los productos que se dejan actuar sin aclarado y aplícalos con el pelo mojado en vez de húmedo. Si tu porosidad es alta, entonces recurre a aceites como el de argán para que no solo hidraten, sino que actúen evitando la pérdida de hidratación a modo de barrera. Además, se recomiendan tratamientos que aporten proteínas.», concluye Llata.
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