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Marisa Martín Blázquez ha sorprendido a todos en la final de Pesadilla en el paraíso. En la última gala del concurso donde se decidirá quién será el ganador de la segunda edición del concurso, la periodista ha acudido al plató como gran sorpresa para su marido, el paparazzi Antonio Montero, quién se encontraba aislado junto con los dos otros dos finalistas: Tania Deniz y Borja Estrada.
«Bienvenida porque ha sido una gran sorpresa para todos», ha asegurado Carlos Sobera a la hora de presentar a todos los colaboradores dirigiéndose a Marisa quien aseguraba encontrarse feliz para apoyar a su marido: «estoy porque creo que se merece que hoy esté yo aquí». Y es que, después de haber comentado el concurso de su marido en los programas que colabora, finalmente se ha atrevido a pasarse por el plató del concurso y hacer finalmente el análisis del programa.
La periodista ha confirmado también que ha celebrado el concurso puesto que le ha parecido «muy divertido» el programa porque «todos han dado todo». Además, en su aparición, ha aprovechado para confesar qué fue lo que le dijo cuando Antonio le confesó que iría: «A mi me dijo que se lo habían ofrecido y le dije que por mi no, pero luego hizo lo que quiso, y eso es lo bonito», quien ha corroborado que le pidió en un par de ocasiones que no hablara de ella, algo que no ha respetado Antonio.
Minutos más tarde, Marisa sorprendía a Antonio y aunque confesaba que «no es día de broncas», no tenía reparos en echarle en cara que hablara de ella durante el concurso: «¿Y en qué momento se te va la flapa y no has interiorizado el mantra ‘no hablar de Marisa’?». «La verdad que las primeras alusiones a ti las hicieron compañeros, pero me ha podido las emociones porque en el fondo, qué quieres que te diga, es que es muy difícil hablar de mi sin hablar de ti. No sabía que se veía. Es increíble pero no te das cuenta [de las cámaras] e incluso he llorado y no creía que lo haría. No sé qué tiene Nagore que me ha desvencijado».
Eso sí, si algo llamó la atención fue la entrada de Marisa en la sala y es que ambos se dieron un abrazo y dos besos, algo chocante para los colaboradores, de hecho, Marisa cogía el papel de entrevistadora durante su encuentro, algo que se desvanecía cuando escuchaban a Carlos Sobera decir que les dejarían solos, dándose inmediatamente un beso. «Eso lo echaba de menos yo», señalaba Carlos.
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