Paul Burrell estuvo, durante más de 20 años, al servicio de la familia real británica. Comenzó trabajando para Isabel II, después pasó a formar parte del equipo de servicio de Lady Di y el príncipe Carlos y, en su última etapa, se convirtió en mayordomo de Diana de Gales, un hombre para todo al que ella llamaba ‘La Roca’, pues fue uno de sus grandes apoyos durante su turbulento divorcio.
Sus ojos y oídos fueron testigo del día a día de la princesa y ahora, enfermo de cáncer, dice estar dispuesto a contar todo aquello que no quiere llevarse a la tumba. En esta ocasión, el famoso mayordomo ha acudido al programa Viajando con Chester de Risto Mejide. Repasamos las confesiones más llamativas que ha hecho en su visita a España:
La bendición de trabajar junto a Diana de Gales e Isabel II
¿Bendición o maldición? El que fuera mayordomo de Diana ha confesado que «estás en la sombra de gigantes, siempre seré un sirviente, y yo encantado de serlo, porque estoy feliz de haberlas conocido tan bien. La gente me pregunta qué habrían dicho o hecho la reina o Diana, y yo instintivamente lo sé. Así que es una bendición. He prometido mantener secretos aunque no me obligan. Le dije a William y Harry que hay cosas de su madre que a ellos les he dicho y no contaré a nadie más. Esa es mi obligación, el respeto, la lealtad, el deber».
A la Isabel II le gustaba Diana
«Sí le gustaba, aunque no la entendía», ha afirmado Burrell. «Pertenecían a dos generaciones distintas y no entendía sus problemas. Ahora vemos que tenía problemas mentales pero en aquellos tiempos no se diagnosticaba. Carlos pensaba que estaba loca y no lo estaba. Durante el periodo de divorcio, la reina y Felipe de Edimburgo estaban muchas veces a favor de Diana. Las cartas de la reina estaban firmadas como tu amorosa madre y las de él como tu querido padre. Le dijeron que no entendían a Carlos y por qué prefería a Camilla, y no aprobaban sus líos extramatrimoniales».
Las infidelidades y el temperamento de Carlos
Diana pasaba más tiempo en la despensa de Paul Burrell que en los aposentos reales. Una noche, le preguntó dónde estaba Carlos. Burrell le dijo: «Ha salido. Le dije que no podía decirle dónde había ido. Me dijo que lo hablaría con él por la mañana, que sabía dónde estaba. A la mañana siguiente Carlos me llamó para preguntarme que le había contado a Diana. Me preguntó si no podía mentir, me pidió que mintiera por él, ‘un día seré rey de este país y tú harás lo que diga’. Se puso de color azul y me tiró un libro. Después de eso me marché. Se calmó y me pidió disculpas. Pensé, este es el hombre que será rey, tiene mucho temperamento, y quiere que las cosas se hagan como él quiere […] Nunca nadie le ha dicho que no, excepto Diana».
El libro que colmó la gota del vaso
Según Paul Burrell, si Diana no hubiera publicado el libro Diana. Su verdadera historia escrito por Andrew Morton, no se habría divorciado. «Nadie había sacado así los trapos sucios y la entrevista en Panorama fue demasiado, la gota que colmó el vaso en la familia real. La reina pidió una reunión de urgencia donde se decidió el divorcio. Yo vi la carta cuando llegó, venía de Windsor, y ella dijo: ¿son malas noticias? Isabel II le anunciaba que en la reunión con el primer ministro, el príncipe Carlos y el arzobispo de Canterbury habían acordado que era mejor para el país que se divorciasen. Ya no estaba firmada por tu madre querida sino por las iniciales E.R. Mi miró llorando y me dijo: ellos deciden, yo no pinto nada», asegura Burrell, que explica que Diana no quería divorciarse.
Accidente o asesinato: la pregunta que persigue a William y Harry
Burrell voló a París la misma noche del accidente para velarla. Él no cree que fuera un asesinato aunque reconoce un misterio inusual alrededor del accidente. «Hay cosas y preguntas que no se han respondido. Hay algo que persigue a William y Harry desde que murió su madre, y es que no les han contado parte de esa verdad. Y está custodiada por el servicio secreto». Burrell habló con la reina después de la muerte de Diana durante más de dos horas. Le contó todo lo que vi en París. Ella le dijo que tuviera cuidado porque había fuerzas que actuaban en su país de las que ni ella tenía conocimiento. Y, según él cree, se refería a los servicios secretos, al MI5 y MI6.
Hasnat Khan: el secreto mejor guardado de Diana
Durante dos años, el noviazgo de Diana con el cirujano Hasnat Khan fue el secreto mejor guardado de Diana, Hasnat y Paul, hasta que en julio de 1997 Lady Di decidió que se iba a reunir con él para decirle que debían casarse y hacer pública su relación. La semana anterior Paul le había preguntado a un cura si podía casarles en secreto en palacio, y le dijo que no porque era la madre del futuro rey. Diana dejó de hablar a Paul dos días, estaba muy enfadada. Justo después conoció a Dodi Al Fayed, le dijo a Paul que era encantador, que le daba todo lo que le pedía… «Me dijo que le colmaba de regalos. Yo le dije que el regalo del anillo llegaría en breve, le dije que se lo pusiera en el cuarto dedo de la mano derecha». Pero nunca se lo dio y ella no estaba embarazada, son teorías conspiratorias.
Harry y la fina línea entre la lealtad y ser una celebridad
«Harry es un rebelde y era el terror del palacio. Es el niño al que decían tu hermano será rey, el que oía decir a la nanny de la guardería ‘le voy a dar tres salchichas a tu hermano porque tiene que comer, algún día será rey, y a ti te voy a dar dos’. ¿Cómo te afecta eso cuando tienes seis años? Al principio le aplaudí porque quería mantener a salvo a su familia, criar a sus hijos de manera tranquila. Pero eso cambió, una pareja que quiere privacidad invita al mundo entero a entrar en su casa con Netflix y le dan millones por contar secretos de su familia. Harry ha cruzado la línea de la lealtad y ha pasado al mundo de la celebridad. Ha vendido su alma al diablo. William y Kate no lo han hecho, tienen privacidad, serán el rey y el reina, tienen que estar limpios». Y asegura que no cree que la fractura entre William y Harry se pueda cerrar algún día.
Fuente: Leer Artículo Completo