Hace sólo unos años, si querías una nariz nueva –más pequeña, más recta, más lisa– no hbaía más opción que someterte a una rinoplastia o dejarla como estaba. Sin embargo, con el auge de los rellenos inyectables surgió un uso capaz de transformar todo tu perfil en menos de 15 minutos: la rinoplastia líquida. Trabajando con los mismos geles de ácido hialurónico que se usan para labios y mejillas, un médico puede corregir curvas, protuberancias y bultos, haciendo que cualquier nariz parezca más pequeña (aunque técnicamente esté creciendo).
El cirujano cosmético facial al que a menudo se atribuye la invención de dicha técnica es el experto en estética y profesor clínico adjunto de la Escuela David Geffen de Medicina de UCLA, Alexander Rivkin, aunque cientos de cirujanos plásticos y dermatólogos ofrecen ahora este servicio en todo el mundo. Las fotos del antes y el después son tan increíbles que podría pensarse se trata de una fábula de Instagram, por así decirlo, algo tan increíble que no parece cierto. Pero lo es. El propio Rivkin ha despejado todas las dudas acerca de estos tratamientos para retocar la nariz sin cirugía.
¿Qué son los rellenos y cuál es su duración?
La mayoría de los rellenos cosméticos como el ácido hialurónico, por ejemplo, son temporales. Las inyecciones duran entre tres meses y dos años, dependiendo del tipo que elija, antes de disolverse lentamente. La gente a menudo se burla de la fugacidad del procedimiento, ¿por qué hacerlo si vas a tener que volver una y otra vez? Rivkin empieza con un relleno temporal ya que «este ácido, Voluma, dura un año y medio, es reversible y de aspecto natural», cuenta, antes de pasar a uno permanente. «Una vez que se disuelve el temporal, les hago volver para usar Bellafill, un relleno permanente». Mientras que puedes corregir tu nariz usando Voluma en una sesión de 15 minutos, Bellafill –un inyectable a base de colágeno que se usa normalmente para tratar las cicatrices del acné– requiere tres sesiones espaciadas para ver el resultado final que puede durar años.
¿Cuáles son los riesgos de los retoques?
Todas las inyecciones conllevan riesgos: hinchazón, hematomas, sangrado. Pero la nariz es una zona del rostro especialmente delicada. «Creo que la gente debe conocer los riesgos y efectos secundarios de las inyecciones, pues la nariz es la más peligrosa», afirma Rivkin. Esto se debe a que el riego sanguíneo de la nariz es bastante débil, sobre todo en narices que ya han sido operadas. «Si se pone un montón de relleno en la punta o en la fosa nasal, se puede sobrepasar el riego sanguíneo de la piel y cortarlo», dice. Por tanto es fundamental hablar con los médicos acerca de la experiencia de cada uno con los trabajos no quirúrgicos de la nariz y asegurarse de que se describen todos los riesgos potenciales.
¿Quién puede someterse a este procedimiento?
Uno de los candidatos más idóneos para una rinoplastia no quirúrgica son los que tienen una protuberancia pronunciada en el puente de la nariz. El cirujano plástico Omar Hussain rellena las zonas por encima y por debajo de una giba dorsal en uno de sus pacientes para crear la ilusión de una nariz perfectamente recta. «La gente cree que con esta técnica aumenta el tamaño de la nariz, pero en realidad se está añadiendo producto y haciendo que parezca más pequeña», dice Rivkin. Pero también se puede corregir una punta caída –el relleno ayuda a levantarla– o cualquier nariz ligeramente torcida –el relleno corrige los ángulos agudos–.
En qué caso no aconsejan someterse al procedimiento
¿Quiénes no son candidatos? «Si es demasiado grande, no puedo reducirla; si la protuberancia es demasiado grande o demasiado pronunciada, o si tienen la nariz rota, no puedo ayudarles. O si la nariz es demasiado gruesa, no puedo afinarla», cuenta Rivkin, señalando que en esos casos sería necesaria una rinoplastia tradicional. Sin embargo, hay una excepción. En ciertos casos en los que el tejido cicatricial está provocando un ensanchamiento de la nariz, una inyección de esteroides puede ayudar a reducirla sutilmente. «No hay que inyectar demasiado, un poco está bien y cuando funciona es permanente: se disuelve el tejido cicatricial bajo la piel», señala Rivkin.
¿Cuánto cuesta un tratamiento de la nariz?
El coste medio de una rinoplastia en Estados Unidos es de 5.046 dólares. Para una rinoplastia temporal no quirúrgica con Voluma, tendrá un coste aproximado de unos 2.500 dólares al año. Y si finalmente el paciente opta por una permanente con Bellafill, el coste será de 1.500 dólares por sesión durante tres sesiones, lo que suma un total de 4.500 dólares. Así que, aunque no se trate de una solución rentable, significa que el paciente no tendrá que pasar por el quirófano. ¿Su ventaja? Que puede mejorar drásticamente el aspecto de aquellas narices que son demasiado frágiles para una rinoplastia de revisión.
¿Cómo es la recuperación?
Si tuviéramos que crear una escala de dolor inyectable, el botox estaría en la parte inferior ya que apenas se siente y las inyecciones en las mejillas se situarían cerca de la parte superior. ¿Y una operación de nariz sin cirugía? Muchos coinciden en que es casi indolora. Rivkin utiliza una crema tópica para adormecer la zona –aunque el hielo también ayuda– y añade que el dolor es moderado, siendo la punta de la nariz la zona más sensible. «Es un procedimiento que puede realizarse durante la hora de la comida. Por lo general, la gente puede volver directamente al trabajo», dice. «Sin embargo, puedes sentir que la zona de la nariz está algo rojo o un poco magullada durante una semana, pero tenemos láseres que pueden arreglar eso también» concluye.
Vía: Harper’s BAZAAR US
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