Warhol y Basquiat: la exposición sobre su legado conjunto

Warhol y Basquiat: la exposición sobre su legado conjunto

Decir que Jean-Michel Basquiat fue una de las pocas personas que lograron traspasar la faceta artística de Andy Warhol y marcar también su vida personal es un hecho irrefutable. Los dos artistas no solo fueron inspiración mutua, sino que además vivieron una intensa y, a veces, hasta tumultuosa relación personal. Un vínculo emocional que les llevó a entrar una dinámica compleja, pero que al mismo tiempo les ayudó, también, a producir algunas de las obras más icónicas de los años 80, como recoge ahora la Fundación Louis Vuitton en una nueva exposición ha inaugurado para deleitarnos esta primavera.

Porque aunque Warhol y Basquiat tenían nombre propio de manera independiente, hay un punto en común imposible de no mencionar en cualquier conversación que trata de ellos. Fueron -y todavía son- dos de las figuras más relevantes del arte, y también dos de los nombres cuyas obras han dado la vuelta al globo terráqueo, exponiéndose en las galerías y museos de mayor renombre. Sin embargo, es ahora esta fundación de la marca francesa la que vuelve a recordarnos que uno sin el otro, probablemente, no habrían sido los mismos. Lo hace en la muestra Basquiat x Warhol. Painting for hands, abierta al público hasta el 18 de agosto de 2023. En ella se reúnen más de un centenar de obras firmadas, de manera conjunta e individual, por ambos miembros de la socialité neoyorquina de la época.

Andy Warhol y Jean Michel Basquiat soñaban el uno con el otro, pero también trabajaban el uno con el otro. Y, esa sinergia es la que podemos comprobar ahora, de primera mano, gracias a esta nueva exposición. Comisariada por Dieter Buchhart y Anna Karina Hofbauer, en colaboración con Olivier Michelon, nos traslada a aquella época en la que ellos dominaban las calles, las noches y las galerías de Nueva York. A través de diferentes cuadros y fotografías (incluida la afamada «Boxing gloves») se realiza un magnífico recorrido de lo que fue, no solo el trabajo de ambos, sino también su vida, imposible de separar de sus creaciones. Sus idas y venidas, sus momentos de lucidez y, también, los más oscuros. Incluso aquellos en los que ambos actuaron de agente de cambio en una sociedad que estaba en plena transformación social. Warhol, de hecho, fue una de las figuras que más aprovechó su fama para apoyar la integración de la comunidad afroamericana en la narrativa de Norteamérica.


«Andy empezaba un cuadro y le ponía algo muy reconocible o el logotipo de un producto, y luego yo lo desfiguraba. Después intentaba que él trabajara un poco más en ello, intentaba que hiciera, al menos, dos cosas», dijo Basquiat en una ocasión. «Primero lo dibujé y luego lo pinté como Jean-Michel. Creo que los cuadros que hacemos juntos son mejores cuando no se sabe quién hizo cada parte«, también sentenció Warhol. Sí, no hay duda: hablar de Warhol sin Basquitar o de Basquiat sin Warhol es un diálogo descafeinado. Warhol fue mentor de Basquiat y, Basquiat, un apoyo indudable de Warhol.




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