La cantante de Umbrella se hizo esperar, pero en cuanto pisó el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York se convirtió en la protagonista absoluta de la noche.
Tras un gran desfile de celebrities por la alfombra de la MET Gala 2023, Rihanna finalmente llegó y, si no fuera porque todos la estábamos esperando -y porque iba de la mano de su pareja, ASAP Rocky- probablemente nadie le habría reconocido.
La artista entró en el recinto por la puerta grande y lo hizo enfundada en un look blanco monocolor formado por una gran falda en vuelo y una parte superior con capucha incluida repleta de grandes rosas grandes de Valentino con la que tan solo dejó ver su cara, a la que además añadió unas gafas de pasta blancas con pestañas postizas incluidas pegadas a los cristales de las mismas. Y es que, vestir así, al igual que llegar de última, es un lujo que solo Rihanna puede permitirse. Porque haga lo que haga y se ponga lo que se ponga todo le sienta bien, y este es el mejor ejemplo de que todo lo que toca se convierte en oro. Basta con repasar las redes sociales para darse cuenta: los aplausos no hacen más que sumar cifras y, su apuesta promete convertirse en viral en cuestión de horas.
Uniéndose a la lista de mujeres embarazadas que pisan esta gala (como Karlie Kloss o Serena Williams), Rihanna derrochó estilo para honrar al diseñador sobre el que versó la gala, Karl Lagerfeld. Ella no solo escogió uno de los colores preferidos del káiser y le hizo honor con unas gafas de sol, sino que además añadió al atuendo otro de los complementos que él adorada: unos guantes de ópera que dejaron ver sus dedos. Sin duda, un homenaje que llega por la puerta grande y del que, probablemente, pronto conozcamos muchos más detalles.
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