Cuando llega la primavera, lo primero que se viene a la mente es que hay que sacar la crema de protección solar para proteger la piel del sol. Pero, al prestar tanta atención al cuidado de la piel, el pelo termina siendo el gran olvidado. Cierto es que cada vez más se protege de la radiación solar con protectores específicos, pero hay otros muchos errores que se cometen con el pelo en primavera y verano sin darnos cuenta.
¿Qué factores deterioran el pelo en primavera?
No usar protector solar
“La fotoprotección capilar va calando poco a poco, pero la realidad es que, como comprobamos continuamente en el salón, no está todo lo extendida que debería”, explica Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez.
«Durante los meses de calor, son muchas las agresiones a las que se somete al cabello y cada agente externo perjudica de una determinada manera: la radiación UV altera los pigmentos de color del pelo, reseca mucho y fragiliza la queratina además de robar a las melenas todo su brillo. Por otro lado, el viento enreda el cabello, lo ensucia más y provoca que al desenredarlo la fibra sufra y se vaya debilitando. Dependiendo de la zona y del clima, la arena irrita mucho el cuero cabelludo provocando sensibilidad. El cloro, por su parte, modifica el color y seca el pelo atacando a las grasas naturales protectoras del cabello. La sal marina, en cambio, cristaliza sobre la fibra capilar y abre las puntas. El calor también inflama e irrita el cuero cabelludo y resta nutrición. Por eso, es imprescindible el uso de protectores solares que salvaguarden el cabello del sol y otras agresiones, pero también protegerlo bajo gorras, sombreros o pañuelos que supongan un escudo físico a tantos y tan continuos enemigos», añade.
Cepillar el pelo al salir del agua
Nada más salir del agua cepillamos el pelo para poder peinarlo mejor, sin enredos, pero eso es un error: «Después del baño el cabello es especialmente frágil, por eso, antes de desenredarlo, es necesario aplicar un acondicionador sin aclarado o el mismo protector solar capilar, para ayudar al desenredado, nutriendo el cabello al mismo tiempo. Además, hay que hacerlo siempre con un peine de púas anchas y y evitando tirones que puedan romper la fibra», advierte el estilista.
No lavar el pelo después de bañarse en el mar o en la piscina
Esto suele ocurrir porque no se quiere lavar demasiado el pelo, por ejemplo, si ya se hizo el día anterior: «Tanto si lo has sumergido en el agua del mar como en la de la piscina, es imprescindible lavar bien el pelo para eliminar restos de salitre o de cloro. Y el mejor aliado es un champú purificante pero suave y de uso frecuente, acompañado siempre de un acondicionador, con o sin aclarado o de un aceite o sérum, según los gustos», señala el experto.
No hidratar el pelo
El cabello contiene entre un 10 y un 15% de agua y en los días más calurosos, pero parte de esa agua se evapora. “Ese es el motivo de que el cabello esté encrespado e indomable. Parte de esa agua se evapora y es muy importante compensar esta pérdida de hidratación rellenando los depósitos de agua regularmente utilizando sérums, aceites o sprays hidratantes», aconseja el director de Maison Eduardo Sánchez.
A esto hay que añadir también el uso de la mascarilla, que en los meses de primavera y verano se vuelve fundamental: «Sobre todo si hay exposición solar y contacto con el agua de mar o con la de la piscina, es imprescindible aplicar, mínimo dos veces por semana, una mascarilla capilar que repare e hidrate en profundidad el cabello. Mi truco es aplicarla en seco, no importa tanto el tiempo de exposición –bastaría dejarla 10 o 15 minutos–, como hacerlo en seco antes de lavar el cabello. Cuando el cabello está mojado, el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no tiene una acción tan profunda. Después de aplicar la mascarilla, simplemente hay que lavar el cabello como se lava habitualmente”
Querer aclarar el pelo
El pelo teñido de rubio es uno de los que más sufre porque es el que más se seca y se vuelve áspero, por eso los cuidados han de ser mayores: «Son más porosos y por lo tanto más sensibles a las agresiones externas. Además, son más propensos a la oxidación y a tornar a tonos indeseados cuando se exponen de manera continua a los rayos del sol, el cloro o la sal. Los rubios se oxidan mucho y los rojos son los más sensibles a la pérdida de tono. Por eso se hace indispensable el uso de champús, acondicionadores o mascarillas con pigmentos que, utilizados según el consejo de cada fabricante, son fundamentales para mantener la intensidad del color y el brillo a salvo de las continuas agresiones y para neutralizar los tonos indeseados», señala el experto.
Por tanto, la primavera es el mejor momento para teñir el pelo de rubio ya que, «la exposición solar, el cloro y el salitre ya aclaran de por sí el cabello. Con especial atención a los rubios dorados y miel que son los que más aclaran y tornan hacia tonos indeseados. Los rubios beige y platino sobreviven mejor porque el sol los potencia”.
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