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Antes de arrancar la primera prueba del programa 16 de Masterchef, los jueces celebraron “las elecciones de MasterChef”. Todos los aspirantes votarían a un compañero y el que más votos tuviera, recibiría un temido delantal negro. Con cinco votos, Claudia fue la elegida. Y aunque no le gustó, quiso demostrar que no se lo merecía.
Todo empezó con el robo de un vestido. Ana acusó a Claudia de ser una ladrona, después de haberse metido en su armario y quitarle una prenda sin ni siquiera pedirle permiso, al menos, esa era la versión de Ana y la de alguna de sus compañeras y amigas. «Hay mal rollo. Claudia no ha entrado de las mejores maneras«, aseguró. Claudia, no dejó de defender su inocencia en ningún momento. «Mírame a la cara y dime que esto es verdad«, le pidió Claudia, pero Ana seguía en sus trece.
Esta fue la explicación que contó Claudia a los jueces: «Hicimos un showroom en la habitación de Ana y en esa prueba de vestidos ella me ofreció un traje de flores y esta noche se lo devolví». No llegaron a ningún punto en común y Claudia acabó entre lágrimas llamando «mala» a su compañera de concurso. Al final del programa, pudimos ver cómo ambas firmaban la paz. Llegaron a la conclusión de que solo había sido un malentendido y se dieron una segunda oportunidad.
La resurrección de Claudia
En la prueba de exteriores, en la que Luca tuvo un accidente, la italiana mostró su mejor versión y a pesar de portar un delantal negro dio el 120% de sí misma. Y eso, no pasó desapercibido para Jordi Cruz. “Me has sorprendido. A pesar del delantal, has estado divertida, compañera, trabajadora y con iniciativa”, aseguró el chef. Por todo ello, los jueces convirtieron ese delantal negro en uno blanco. ¡Claudia se salvó de la eliminación! Además, como mejor aspirante de la prueba por equipos, recibió una de las famosas ventajas de MasterChef.
Esa ventaja o privilegio fue desvelado minutos después de arrancar la prueba de expulsión. Y ella lo reclamó: “¿Qué pasa con mi ventaja, jueces?”. Llegado el momento, Pepe explicó el privilegio. “Supongo que has visto el ramo de Samantha. Tiene 6 rosas blancas y una negra. Tienes que repartirlas entre tus compañeros sabiendo que la blanca les da 5 minutos y la negra se los quita”.
En ese momento, comenzó el “show” de Claudia, según lo denominó Pilu. La italiana fue acercándose uno a uno a sus compañeros. La primer fue Camino: “Cami realmente ha intentado hacerme entender que ella no ha pesado nunca mal de mí y que fue influenciada por otras personas. Por eso le doy un voto de confianza”. La primera rosa blanca ya estaba asignada. Tras Camino, las rosas blancas llegaron a las manos de Ana, Fray Marcos, que fue expulsado con el pin, Francesc y Alex.
La única duda que Claudia tenía en la cabeza era darle la rosa negra a Pilu o a Marta. En un principio, tuvo en mente dársela a Marta, pero cuando se acercó a Pilu, todo cambió. “Pilu ha sido una persona que se mueve más por la cabeza que por el corazón. Y aún así, te respeto, aunque eres radio-pilu y te gusta en medio de todo el sarao”, explicó Claudia. Ante tal afirmación, la aspirante andaluza no pudo callarse: “No me voy a reír de la gracia que acabas de hacer porque no me hace gracia. Se nota que eres actriz”.
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