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La relación entre Jaime Nava y Adara Molinero no es especialmente buena en Supervivientes. Desde el primer día, el jugador de rugby chocó mucho tanto con Adara como con Alma Bollo, generando todo tipo de discusiones; aunque si una destaca entre todas las que se han generado en las playas de Honduras, esa ha sido la última en la que Jaime fue acusado de ‘machista’ por Adara, tras dos comentarios que gran parte de sus compañeros le afearon y por el que Jaime pidió perdón. Desde entonces han intentado tener una convivencia pacífica aunque los piques de Adara no han faltado. A pesar de todo, el deportista ha sorprendido a todos durante la prueba de recompensa de esta semana con un gesto que ha dejado de piedra a la reina de los realities.
Se trataba de un juego de equipos en el que, al ser impares, Jaime participaba doblemente. Juntos debían mantener el equilibrio en una plataforma redonda con un laberinto en miniatura por el que tenían que llevar una pelota hasta el centro del laberinto sin tocarla, solo moviendo la estructura con su peso. El primer turno era para Adara, Artur, Bosco y Manuel que, después de más de 7 minutos conseguían llevar la pelota al centro pero no podían colocarla en una de los tres agujeros que había para fijarla. Derrotados tras el esfuerzo, veían como sus compañeros, Alma, Jonan, Raquel Arias y Asraf sí que lo conseguían. «¡Sois los ganadores!», gritaba Laura Madrueño ante sus caras de sufrimiento.
Y no era para menos y es que la recompensa era jugosa: un cachopo para cada uno con una ingente cantidad de patatas fritas. Ante la situación, Jaime hacía una petición especial que dejaba a todos sorprendidos: «me gustaría que me dejarais compartir mi cachopo con el equipo perdedor porque cuando te esfuerzas y haces bien las cosas, salen, y no ha salido por mala suerte», incluso llegaba a pedir que si él no comía no pasaba nada, algo a lo que Adara y Manuel se negaban. Finalmente, la organización le admitía el cambio: todos podrán disfrutar de su parte de la recompensa en playa.
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