El Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco no solo ha reunido a los aficionados a este deporte, sino también ha sido la ocasión perfecta para que toda la familia real monegasca se deje ver por las calles del Principado. Mientras que Carlota Casiraghi, Beatrice Borromeo o Tatiana Santo Domingo han podido disfrutar del fin de semana de manera distendida, Charléne de Mónaco ha sido la encargada, junto a Alberto de Mónaco, de ser la anfitriona y entregar los premios. Y para ello la royal ha escogido el vestido más colorido y original de su armario: un diseño largo con los colores del arcoíris.
La princesa, que desde hace unas semanas luce su habitual corte de pelo pixie pero en un tono castaño que realza sus ojos claros, llamó la atención sobre el podio de Mónaco con un vestido en color navy firmado por una de sus marcas favoritas, Akris. Se trata de un diseño largo, de cuello redondo y manga sisa, que luce en la parte delantera un conjunto de rayas verticales con los colores del arcoíris.
Charléne de Mónaco y el vestido arcoíris que más favorece
El diseño que ha escogido Charléne de Mónaco para la competición de Fórmula 1 tiene uno de los patrones que más favorecen a todo tipo de cuerpos y a cualquier edad. Se trata de un vestido recto que, gracias a las tablas de la falda que nacen a la altura de la cadera y que se convierten en grandes flecos al andar, queda bien a todo tipo de siluetas.
Además, por su color azul navy y la combinación de tonos de las tablas, es una de esas prendas atemporales destinadas a perdurar en el armario. Charléne ha combinado este vestido con unos llamativos zapatos de tacón en color azul con tacón degradado en diferentes tonos de azul de Dior. Un par de zapatos que estrenó en el Gran Premio de Mónaco de 2018 y que ha recuperado cinco años después.
Con unas gafas de sol de Prada y unos pendientes cortos de brillantes, Charléne de Mónaco dio toda una lección de estilo eligiendo un vestido que es todo un acierto para las invitadas de verano.
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