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El papel que tenía Supervivientes reservado a Oriana Marzoli y Alejandro Nieto como fantasmas del pasado ha sido mucho más amable que el preparado para Ana María Aldón y Alexia Rivas. En lugar de mojarse ellas sobre cómo veían a los concursantes, la dirección ha aprovechado la presencia de estos segundos fantasmas para ofrecer unos desayunos personales a cada uno de los cinco supervivientes aderezados con preguntas incómodas que tenían que responder para seguir comiendo. Después de que Adara se confesara ganadora, llegaba una de las preguntas más emotivas.
Ante la pregunta sobre si había acordado de su ex, Rodri, durante la supervivencia, Adara tenía que tragar saliva revelando que ha ido «por fases» y mientras que al principio le echaba mucho en falta, «a medida que ha pasado el tiempo ni me acordaba de él», lo que le hacía confesar que, efectivamente, este concurso le ha servido para poder superar la relación que ella misma ha llegado a calificar de tóxica.
Pero esta no era la única vez que se acordaba de sus ex y es que también rememoraba a Hugo Sierra, padre de su hijo. «Yo me quedé embarazada con 25», recordaba Adara quien confesaba que para ella fue la edad perfecta porque «mi hijo fue muy deseado». «De esto nunca se ha hablado pero cuando conocí a Hugo, fue como.. ‘guau, este es’. Fue todo super rápido, me fui a vivir con él, me quedé embarazada al mes de conocerle y yo nunca había pensado tener hijos con ningún chico. Fue super rápido aunque al final no salió bien. Me quedo con que mi hijo fue muy deseado y que nació de ese amor y de esa pasión y eso es lo que le voy a decir a mi hijo».
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