Cómo evitar que el pelo esté graso

Cómo evitar que el pelo esté graso

Los mitos alrededor de qué se debe hacer para mantener la higiene en el cabello se han multiplicado sin control. Ya es casi imposible distinguir las afirmaciones que proceden de una base científica y las que tan solo son supuestos que se han repetido tanto que se han convertido en falsedades con apariencia creíble.

La verdad absoluta de la que hay que partir es que el sebo natural que segrega el cuero cabelludo es síntoma de un cabello fuerte y saludable. Pero la estética impone que la mínima visibilización de esos aceites es sinónimo de poca higiene, así que en cuanto los detectamos procedemos a retirarlos.

Si lavas el cabello con mucha frecuencia, estás despojando al mismo de su protección, a lo que el cuero cabelludo responde produciendo más. Es un ciclo sin fin. Y para hallar la respuesta le formulamos a María Roberts, fundadora del salón de belleza Studio25, la pregunta del millón: ¿Cada cuánto tiempo hay que lavar el pelo? «Desde mi punto de vista, a demanda de cada cabello, y dependiendo también de la época, no en todas se comporta igual. También entra en juego nuestro estilo de vida».

Una explicación muy extendida, en la que se basa la idea de que la producción de grasa del cabello se puede entrenar, es que cada vez que lavamos el cabello retiramos esas grasas y es entonces cuando comienza de nuevo el proceso de producción de las mismas en el cuero cabelludo. De tal manera que se concluye que cuantas más veces lavemos el cabello, más sebo producirá este. La experta no comulga con esta afirmación: «No considero que sea así, el cabello hay que lavarlo a demanda. Para mi es imprescindible que se vea limpio y brillante». Y parece que la ciencia apoya su visión.

Tanto la experta consultada como los estudios científicos afirman que la producción de grasa en el cabello está muy determinada por las hormonas y sus propios niveles. Esto deja muy poco margen de actuación a la frecuencia de los lavados para determinar la cantidad de grasa que producen las glándulas sebáceas. Y es que no debemos pasar por alto, que la aplicación de champú y otros cosméticos, como acondicionadores, afectan al sebo que ya se ha producido, no a la forma en la que se produce en el interior de los folículos pilosos.

Así, María Roberts no le ve ningún sentido a uno de los últimos trends de Tiktok que aboga por alternar los lavados del cabello con champú y sin champú con el objetivo de que este producto no incida en la producción de sebo: «Sinceramente, prefiero un champú a nada», afirma categóricamente la peluquera.

Todo esto esclarece la situación y nos ayuda a entender que, a menos que tengamos la capacidad de intervenir en lo que sucede dentro del cuero cabelludo, sería muy complicado alterar el ciclo de producción de grasa. Entonces, ¿por qué hay personas que sí que dicen ver una diferencia cuando cambian de champú o restringen los lavados? Podría ser por el llamado sesgo de confirmación. Es decir, las personas que tienen el objetivo de conseguir que su cabello sea menos graso, podrían observarlo más de cerca que antes y podrían interpretar cualquier patrón normal como algo más positivo y justificarlo con su nueva rutina.

Un pelo menos graso

Lo que sí funciona para reducir la apariencia grasa de nuestro cabello es algo mucho más sencillo: el champú en seco. Se trata de un cosmético que se pulveriza sobre las raíces cuando estas comienzan a apelmazarse a consecuencia de la acumulación de grasa y puede permitirnos espaciar un día más los lavados: «A mí me encanta, me parece supercómodo y superefectivo», afirma la peluquera. De esta manera estaremos consiguiendo nuestro objetivo, sin llevarnos a engaños y sin que el cabello ni el cuero cabelludo sufran a consecuencia de cambios bruscos. Y si no te convence, siempre te quedará probar alguno de estos peinado para cuando no te toca lavar la cabeza.




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