Cuando llega el verano ampliamos el uso de la protección solar. El motivo no es otro que el aumento de las horas de sol, pues gracias a esto realizamos más actividades al aire libre y las necesidades de usar SPF se multiplican. Por otro lado, el mercado ha detectado que la gran mayoría de los consumidores por fin somos conscientes de la importancia de usar este producto y para hacerlo más fácil, ha diversificado la oferta.
Entre el abanico de posibilidades, una de las variantes de protector solar más demandada es la crema solar para la cara con color. Y es que cuando no queremos ir demasiado maquilladas este producto puede hacernos ahorrar mucho tiempo: a la vez que protegemos la piel de los factores que la deterioran como los efectos nocivos del sol, ponemos un toque de color, viéndonos más favorecidas y sin necesidad de aplicar base después de maquillaje, que en verano además se puede hacer demasiado pesada para llevar a diario.
¿Cómo se aplica la crema solar con color?
El problema viene a la hora de aplicarlo, pues para que este producto sea efectivo, la recomendación de uso es la misma que para una crema solar sin color, es decir, más o menos, el largo de dos dedos. Es una cantidad bastante considerable. Cuando se trata de protector solar sin color no hay problema, porque solo hay que esperar a que se absorba, pero si optamos por el producto pigmentado puede que toda esa cantidad sobre el rostro modifique el color de la tez, consiguiendo un tono más rojizo. Para evitar esto, la tendencia natural es disminuir la cantidad de protector solar que ponemos, con la consiguiente pérdida de la efectividad de la barrera ante el sol.
La técnica del huevo frito
Sin embargo, la farmacéutica Estefanía Blanco recomienda hacer uso de la técnica del huevo frito, por la forma que adopta la mezcla en un principio. Para llevarlo a cabo necesitaremos un protector solar sin color y otro con color, al ser posible de la misma marca, para garantizar que se pueden mezclar sin problemas. Si unimos cremas de diferentes marcas podemos dar lugar a que no se mezclen de manera uniforme, se separen los componentes de la fórmula o los filtros pierdan su efectividad.
Comenzaremos poniendo una gran cantidad de protector solar sin color –será lo que construya la parte de la clara del huevo frito– y en el centro de esta cantidad pondremos otra mucho más pequeña de protector solar con color –parte que representaría la yema–. Ahora fundimos las dos partes y habremos conseguido rebajar el color del protector con pigmento sin prescindir de una protección eficaz frente al sol.
De esta forma el efecto sobre el rostro será mucho más natural y evitaremos la sensación de máscara que algunos protectores con color producen. Para las pieles más blancas, la especialista recomienda utilizar un protector solar sin color y sobre este poner un protector compacto, cuya cobertura es mucho más modulable. O, para usar el protector solar y el maquillaje conjuntamente, una vez se absorba la crema solar, se puede aplicar una ligera capa de maquillaje.
Fuente: Leer Artículo Completo