Aprovechar una tarde de domingo para darte una sesión de mimos es una de las mejores formas de terminar la semana. Entre las prisas del día a día se hace difícil encontrar unos 20 minutos para dejar reposar sobre el rostro uno de los productos más recomendados por los expertos: las mascarillas.
Sin embargo, en la calma del fin de semana, hacer una doble limpieza profunda (porque si no te lavas la cara en dos fases, lo llevas haciendo mal toda la vida), calentarnos un té y colocarnos nuestra mascarilla preferida, puede ser una buena forma de prepararnos para la vorágine de los siguientes siete días. Y tomada la decisión, planteamos la siguiente pregunta: ¿son mejores las mascarillas de tela que vienen impregnadas en el producto o las que se aplican directamente sobre la cara y después se aclaran con agua?
Qué son las mascarillas tissue
Este tipo de mascarillas son productos de un solo que suelen venir envasadas individualmente. Normalmente se trata de una lámina de fibra de algodón o tela de celulosa que adopta la forma de la cara para que sea cómoda de llevar -dispone de orificios para ojos, nariz y boca-. En su envase vienen impregnadas en la fórmula líquida que es la que realmente va a tener efectos sobre el rostro. Este producto ha sido tradicionalmente un elemento básico de cuidado del rostro en Corea, pero desde hace unos años se ha exportado a todo Occidente.
Estos tratamientos pueden ofrecer beneficios variados, desde desintoxicar la piel, hasta una hidratación profunda. También las hay más específicas, que buscan eliminar la opacidad de la piel, por ejemplo, con estos 5 ingredientes que logran que tu piel se vea más luminosa, o recargarla de algún activo en concreto, como el ácido hialurónico o la vitamina C. De su objetivo dependerán los ingredientes que incorpore la fórmula.
Qué son las mascarillas con aclarado
En cuanto a los beneficios que se persiguen, se pueden decir que este segundo tipo los comparte con las anteriores. Se trata de profundizar un poco más en el cuidado que damos a la dermis con nuestra rutina diaria. Estas fórmulas se aplican directamente sobre el rostro y por eso suelen contener como base un ingrediente más espeso como la arcilla, el carbón o la crema hidratante. A los objetivos de la categoría anterior, también se añade la función exfoliante, ya sea físico, a través de partículas que rascan suavemente la tez o químico, con activos específicos, como el ácido glicólico.
¿Cuál de las dos escojo?
Para decantarnos por una de ellas, debemos partir de la base de nuestro gusto personal, ya que la forma de aplicarlas son diferentes. En segundo lugar debemos tener en cuenta el objetivo que queremos conseguir. Si tu fin es reforzar la hidratación, la mejor opción es una mascarilla de tela, mientras que si buscas una limpieza profunda para desobstruir los poros, puede que con una mascarilla a base de arcilla de aclarado posterior consigas mejores resultados.
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