Los 10 perfumes clásicos más vendidos de la historia

Los 10 perfumes clásicos más vendidos de la historia

Detrás de un gesto tan sencillo como perfumarse antes de una cita se alza una industria que en 2021 alcanzó los 70.740 millones de dólares. La crisis que vivió la alta costura en 2018 preocupaba a firmas como Dior o Chanel quienes, conscientes de que gran parte de sus ingresos provenían de las líneas de belleza, con grandes inversiones en impresionantes campañas de publicidad dónde proliferan posados excéntricos y fashion films. Celebs como Sarah Jessica Parker, Elizabeth Taylor o Beyoncé cuentan ya con su propia fragancia –generalmente low cost– reafirmando la importancia que tiene el perfume en nuestra sociedad. Y es que ya lo dijo Christian Dior, “el perfume dice más sobre una mujer que su letra”.

Pese a que el origen del perfume se atribuya principalmente a la época de los egipcios, debemos saber que éste surgió en la Edad de Piedra, donde los hombres quemaban resinas y maderas aromáticas para satisfacer con el aroma que estos elementos desprendían a las mujeres. Como si se tratara de un tesoro, la perfumería siempre ha estado presente en la vida de las personas, ocupando un lugar privilegiado y haciendo más placenteras las relaciones sociales. Con la finalidad de dar con las fórmulas óptimas que se adaptaran a las necesidades y a los deseos de cada persona, los maestros perfumistas o Nariz, han trabajado durante décadas para dar con materias primas novedosas y así crear esencias que buscan preservarse en el tiempo.

En la actualidad, numerosos expertos en psicología apuntan a que la aplicación en la piel de estos aromas tiene efectos directos en la autoestima, pues la aumenta y como consecuencia favorece las relaciones entre los individuos. Cuando optamos por perfumarnos con una fragancia que refleja nuestra personalidad, lo hacemos para tener ese toque de distinción y para sentirnos bien tanto con nosotros mismos como con los demás. Se trata de un aspecto relevante en la personalidad, siendo este uno de los aspectos por los que en la actualidad podemos encontrar una oferta muy variada con perfumes que se adaptan a todo tipo de personas y a las emociones que se buscan transmitir, desde la seguridad y sensualidad al empoderamiento. Pese a que hoy contamos con un amplio abanico de opciones, queremos hacer memoria para recordar cuáles han sido los perfumes más vendidos de la historia y las historias de amor que esconden.

El perfume más vendido de la historia no podía ser otro que el incombustible nº5 de Chanel. Coco Chanel buscaba una fragancia como ella: elegante, carismática y con carácter, y fue el perfumista Ernest Beaux quien, en 1921, convirtió esos deseos en realidad. Su envase minimalista se expone en el MoMA desde 1959, Andy Warhol lo convirtió en un diseño pop art y cuando a Marilyn Monroe le preguntaron qué se ponía para dormir ella respondió, “Chanel n°5, porque es la verdad… Como comprenderá, ¡no voy a decir que duermo desnuda!”.

Con más de 10 millones de botellas vendidas al año, Chanel nº5 debe parte de su éxito al cine. Audrey Tatou a las órdenes de Jean-Pierre Jeaunet o Nicole Kidman y Gisele Bündchen dirigidas por Baz Luhrmann, protagonizaron algunas de las campañas más sonadas hasta que en 2012 Brad Pitt se convirtió en el primer hombre en anunciar el nº5.

Para conocer los orígenes del buque insignia de Guerlain tenemos que trasladarnos al Oriente del Siglo XVII, cuando el emperador Sha Jahan construyó el Taj Mahal para el descanso eterno de su cuarta esposa Mumtaz Mahal. Los jardines del palacio inspiraron de tal manera a Jacques Guerlain en una de sus visitas que el frasco, presentado en la Exposición de Artes Decorativas de 1925 en París, es un homenaje a las fuentes del templo. Shalimar concilia notas de cedro, bergamota, limón, iris y vainilla con un resultado que, en palabras del propio Guerlain, «implica dejar que tus sentidos tomen el mando».

En 2013 la top Natalia Vodianova protagonizó un fashion film dirigido por Bruno Aveillan que recreaba la historia de amor entre el emperador y su esposa sobre diferentes escenarios de la India. Historia aparte, Shalimar ha sabido representar el lujo y la atracción de lo exótico y lo ha aderezado con un toque de elegancia francesa.

La Maison Christian Dior apostó por la seducción y el magnetismo en 1985 y encerró la esencia resultante en un frasco que recuerda a la manzana prohibida de Eva. Esta misteriosa pócima gustó tanto que dos años después de su lanzamiento se le concedió el premio a mejor perfume femenino de lujo en los Fragance Foundation Awards.

La búsqueda por encarnar la tentación había sido un éxito gracias a las notas de cilantro, ciruela y anís, a la intensidad del cedro y la canela, y al toque de pimienta. Una bomba de relojería que nos traslada a las profundidades del surrealismo con modelos como Eva Green en la versión Midnight o Leticia Birkheuer para la edición Pure posando en escenarios dignos de una película de David Lynch.

El mérito de este perfume, uno de los que más controversia ha generado a lo largo de la historia, es de Jean-Louis Sieuzac y Jean Amic. La maison Yves Saint Laurent lanzó el perfume en 1977 y acto seguido una coalición de americanos con ascendencia china pidió que se cambiara el nombre por considerarlo poco respetuoso con las Guerras del Opio libradas en China. Lo único que consiguieron fue generar más publicidad y Opium fue el mejor lanzamiento del año con una recaudación de 3 millones de dólares en los primeros 10 meses, según el National Post.

El frasco de Opium está inspirado en los inros, unas pequeñas cajas tradicionales japonesas, y dentro de este packaging tan místico encontramos una mezcla de mandarina, cilantro y pimienta. Entre sus campañas más sonadas está el desnudo de Sophie Dahl capturado en 2000 por Steven Meisel y es que en lo referido a Opium parecen tenerlo claro: no importa que hablen bien o mal, lo importante es que hablen.

Jean Patou comenzó sus diseños en 1912 y hasta el cierre de la maison en 1987, destacó entre otras cosas por adaptar la ropa deportiva a la silueta femenina. El perfume Joy fue desarrollado por Henri Ameras en 1930 a petición de Patou, quien quería tener un detalle con su clientela americana más selecta. Irónicamente, esta clientela se encontraba sumida en una fuerte crisis económica y el perfume fue acogido como un rayo de luz en plena depresión.

Tal vez sea por las más de 10.600 flores que contiene cada frasco, Joy es uno de los ejemplares más caros –y vendidos– que se comercializan. Entre sus hitos: fue elegida fragancia del siglo en 2000 por la Fragance Foundation superando al mítico número 5 de Chanel. Una reliquia en el mercado de lujo a la que prestó su imagen la actriz Chiara Mastroianni en 2003 y que intentó reinventarse en 2013 con la versión Joy Forever.

Si bajamos unos peldaños en el ascenso a la provocación, llegamos al primer y fructífero intento de la familia Ricci –casa fundada por Maria Ricci en 1932– por adentrarse en el mercado de los perfumes: L’air du temps. La fragancia se remonta a 1948 y es una esencia floral en la que destacan el clavel y la gardenia sobre matices de rosa, sándalo o jazmín. «De la misma manera que se realiza un vestido para acaparar el protagonismo, un perfume está hecho para seducir pero de una manera más sutil» solía decir Robert Ricci.

Una explosión primaveral impregnada en todo tipo de productos que van desde jabones a desodorantes, especialmente desde que Nina Ricci pasara a formar parte del grupo Puig en 1997. Delicada y tan ligera como las palomas que coronan el frasco, L’air du temps ha sido el perfume de iconos como Lana Turner o Claudia Cardinale.

Euphoria es el punto de ruptura con todo lo anterior. La fragancia de Calvin Klein nació en 2005 y rompió con el clasicismo del lujo francés apostando por un vanguardista diseño que apelaba a las generaciones más jóvenes. Todo un éxito de ventas que dejaba atrás la etapa de números rojos vivida por la marca en los noventa. Sencilla pero sensual, Euphoria evoca notas frutales combinadas con un punto amargo gracias a su base amaderada.

Una fragancia poderosa cuyo magnetismo ha dado lugar a infinidad de versiones como Euphoria Blossom, Eau de Toilette, Forbidden o Endless, y que ha contado con tops como Natalia Vodianova o Vanessa Axente, expertas en encarnar la sensualidad y el magnetismo de Euphoria en sus últimas campañas.

Si existe una fragancia que por encima de todo ensalza la figura femenina, esa es Classique. El frasco, una versión más voluptuosa del perfume Shocking de Schiaparelli de 1935, reproduce el cuerpo encorsetado de una mujer en una referencia al estilo parisino más chic y elegante. En 1993 Jean Paul Gaultier lanzó esta combinación de cítricos, anís, vainilla y pétalos de rosa, y desde entonces el icónico corsé y una ópera han sido el denominador común en todas sus campañas publicitarias.

Buscando repetir éxito, la marca lanzó la versión para hombre dentro de un torso masculino de inspiración marinera y desde 1997 comercializa ediciones limitadas de la fragancia con detalles de sus colecciones para pasarela.

El mítico frasco azul en forma de estrella es una perfecta metáfora de lo lejos que ha llegado esta fragancia. Fantasiosa y fuera de lo terrenal, Angel fue creada en 1992 por Olivier Cres e Yves de Chirin, convirtiéndose en un bestseller francés desde su lanzamiento.

Melón, coco y mandarina conforman las notas de salida de esta esencia que también recurre a la orquídea, el almizcle o el caramelo como complemento. Angel, que junto a la fragancia Alien genera cerca de 280 millones de dólares anuales en ventas para la marca Thierry Mugler, ha optado siempre por los rostros conocidos en sus campañas.

En 1995 una bella Jerry Hall encarnaba a una sirena de cabellos cobrizos para, 19 años después, cederle el testigo a su hija Georgia May Jagger. Entre las otras embajadoras destacamos a la dulce Naomi Watts, la elegante Bianca Balti o la explosiva Eva Mendes.

Esta fragancia especiada y con toques de madera fue creada por Josephine Catapano en 1953. Se trata de un perfume fuerte que concilia flores como lavanda, orquídea o jazmín y esencias más profundas como el pachulí, el incienso o el vetiver. A través de un frasco muy femenino pretendía captar la atención de un público maduro y selecto, y lo consiguió con creces.

La fragancia supo mantenerse entre los más grandes desde una posición discreta hasta el punto que, cuando en 1993 Estée Lauder decidió relanzar el perfume 20 años después, la noticia copó más de un titular. Elegante y madura, desde la marca la define como «una de las fragancias más sensuales que se han creado».

Fecha original del artículo: 2015

Fuente: Leer Artículo Completo