Este lunes la marca de champán Moët & Chandon ha celebrado su evento de Navidad en Nueva York. En el Lincoln Center de la ciudad de los rascacielos, entre burbujas y felicidad, se han congregado celebrities como Jessica Chastain, Alexa Demie o Roger Federer.
Entre la exclusiva lista de invitados también se encontraba la siempre estilosa Sienna Miller. La actriz ha acudido con un estilismo sencillo pero cautivador, un vestido negro mini con un original escote que dejaba al descubierto parte de su torso. Su mejor complemento ha sido su melena rubia sobre los hombros. Ha llevado un peinado con ondas muy abiertas para crear un hairlook muy natural.
Sin embargo, la mayor lección que nos ha dado la actriz en este evento está oculta en su maquillaje. Sienna luce uno de sus maquillajes característicos: una piel perfeccionada con corrector y base estratégicamente colocados, bronceador e iluminador para potenciar los volúmenes del rostro, labios naturales y eyeliner negro en los ojos para darles intensidad. Y en este último punto está el truco. Y es que una de las reglas del maquillaje incesantemente repetida es que el delineador negro, ópticamente, hace más pequeños los ojos. No es que sea mentira, pero todo depende de cómo se coloque este lápiz en el ojo. Si lo haces como lo lleva la actriz no tienes por qué tener miedo a que tu mirada pierda protagonismo.
Si observamos el maquillaje de ojos de Sienna Miller, la actriz lleva colocado estratégicamente el lapiz de ojos solo en la mitad exterior del ojo, tanto en la línea de pestañas inferiores, como en las superiores. De esta forma, al no cerrar el contorno del ojo por completo con el trazo, se diluye esa capacidad del color negro de hacer más pequeña la zona donde se aplica. Sienna termina su maquillaje aplicando máscara de pestañas y definiendo muy bien su ceja, además cubre el párpado -móvil y fijo- con una sombra vainilla muy parecida al tono de su piel, lo que aporta mayor sensación de luminosidad.
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