Puede que tu manicura no sea lo que más te preocupa estos días. Pero si no has ido a un salón de manicura en unas semanas (o meses), es probable que llegue un momento en que tus uñas de gel requieran un mantenimiento que sólo un profesional puede ofrecerte. Aparte de que tu esmalte no tiene el aspecto fresco que te gustaría, dejar que el esmalte de gel crezca demasiado puede poner a prueba la salud de tus uñas, dejándolas frágiles y dañadas (debido al desequilibrio de peso y a los bordes levantados y dentados).
¿La mejor opción? Quítatelo todo. Hemos consultado a expertos en uñas para que nos den consejos sobre cómo retirar el esmalte de gel de forma segura desde casa. Con un par de herramientas clave y un poco de paciencia, tendrás una manicura natural y sana en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué beneficios tiene la manicura de gel?
Mientras que las manicuras normales no suelen durar más de una semana sin astillarse, las manicuras de gel están hechas para durar, ya que se curan y endurecen bajo una luz LED para evitar que se astillen. Y como estas manicuras son duraderas, puedes reducir el número de visitas al salón de manicura.
¿Qué inconvenientes tiene el esmalte de gel?
Si se aplica con demasiada frecuencia, el esmalte de gel puede debilitar las uñas con el tiempo. Para evitar daños, te recomendamos que te tomes un respiro entre las aplicaciones de esmalte de gel y que utilices productos esenciales como el fortalecedor de uñas y el aceite para cutículas para ayudar a que tus uñas naturales mantengan su firmeza.
¿Cómo retiran los salones el esmalte de gel?
Además de aplicar bolas de algodón empapadas en acetona directamente sobre la uña y envolverlas en papel de aluminio durante más de 10 minutos, los salones de manicura también pueden optar por utilizar herramientas profesionales, como un taladro de uñas, para eliminar los restos de esmalte de gel.
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Cómo quitar el esmalte de gel en casa
Conocemos muy bien la tentación que supone querer arrancar y despegar el esmalte de gel. Ese momento de satisfacción será fugaz, pero el daño que infliges a tus uñas podría tardar semanas en repararse.
Paso 1. Limpiar
No te lo pienses demasiado: quitar las uñas de gel en casa es exactamente el mismo proceso que en el salón. En primer lugar, tendrás que coger una lima de uñas nueva (nos encantan las de Tweezerman en cualquier farmacia). Sarah Gibson Tuttle, directora ejecutiva y fundadora del salón de manicura Olive & June, uno de los favoritos de las celebrities, dice que si una uña se rompe o se astilla, hay que limarla hasta darle la forma deseada y dejarla como está si se puede. Si quieres quitarte toda la manicura por completo, empieza limando con cuidado sólo el sello de la capa superior. «Recomiendo usar una lima de grano medio 180 para eliminar suavemente el top coat que puedas», cuenta la artista de uñas Julie Kandalec, afincada en Nueva York. Sabrás que has eliminado lo suficiente del top coat cuando el color se desvanezca y el acabado se vuelva opaco, añade Kandalec. Ten cuidado de no limar todo el esmalte, ya que podrías dañarlo.
Paso 2. Remojo
Ahora viene el paso que pondrá a prueba tu paciencia. Coloca una bola o almohadilla de algodón (esta última retiene mejor el líquido, según la famosa artista de uñas Elle) en acetona sobre cada una de tus uñas y, a continuación, envuelve la punta del dedo en papel de aluminio para mantener la bola en su sitio. «La acetona se evapora rápidamente», dice Kandalec. «El mayor error que lleva a que el gel no se desprenda del todo es no empapar el algodón lo suficiente».
Según la Academia Americana de la Asociación de Dermatología, el uso de envoltura de plástico es otra gran opción para la eliminación, ya que crea un sello más apretado que el papel de aluminio, por lo que la acetona es menos probable que gotee. Repite la operación en las 10 uñas. Después, deja las uñas en remojo entre 10 y 15 minutos, o más si el esmalte no se desliza con facilidad. Sabrás que la acetona ha eliminado por completo el gel cuando el esmalte parezca haberse despegado de la uña. Tuttle dice que si quieres acelerar el proceso (y hacer la experiencia más parecida a la de un spa), envuelve las manos en una toalla caliente o una almohadilla térmica para aflojar el gel. «La acetona necesita calor para funcionar correctamente», cuenta Elle.
Si no tienes acetona, no te preocupes. Repite el mismo paso de limado, pero en lugar de sumergir las uñas en algodón empapado en acetona, coloca las manos en un cuenco con agua tibia, jabón para platos y una cucharadita de sal durante 20 o 30 minutos. Esto debería ablandar el gel lo suficiente como para que puedas retirar fácilmente el esmalte, dice Tuttle. Consejo profesional: añade aceite para cutículas a la solución jabonosa para una hidratación extra.
Paso 3. Retirar suavemente
Si el esmalte no se desliza con facilidad, coge un algodón empapado en acetona y colócalo sobre la uña durante unos minutos más. Trabajando sobre una uña cada vez, utiliza un cuidadoso movimiento de giro y apretón para retirar la lámina. También puedes utilizar el resto de acetona de cada bola de algodón para limpiar totalmente las uñas.
Paso 4. Utiliza alguna herramienta
Para eliminar los restos de esmalte que necesitan un poco más de esfuerzo, coge un palito de naranjo (nunca una herramienta metálica, que puede dañar la uña) y raspa suavemente el gel hacia la parte superior del dedo, nunca hacia atrás y a contrapelo de la uña, añade Kandalec.
Paso 5. Lávate las manos
Deshazte de los restos de esmalte y lima la uña después de quitarte una manicura vieja. Además, lavarse las manos facilita ver si hay restos de esmalte mientras preparas las uñas para el último paso.
Paso 6. Nutre tus uñas
Aunque la acetona funciona de maravilla para eliminar el gel, puede hacer que tus uñas se vuelvan sensibles y secas. Una vez quitado el esmalte, hidrata las uñas con un aceite nutritivo como el suero para cutículas de Olive & June o el aceite solar de CND. Para una hidratación extra, completa tu rutina con una crema de manos.
Vía: Harper’s BAZAAR US
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