Con los Emmys 2020 a la vuelta de la esquina, toca recordar que los premios no siempre aciertan. Vale, sí, no hay sitio para todos, alguien tiene que ganar, bla, bla bla. Aun así, la realidad es que algunas de las mejores series de la historia se han quedado sin galardones en sus estanterías, y aquí vamos a recordar una docena de ellas. Los casos más flagrantes, los casos por los que usaríamos el meme de Pilar Rubio levantando el papelito de la denuncia hasta la saciedad.
Y es que, ¿cómo pudieron los premios Emmy, los premios otorgados por la academia de la televisión estadounidense, olvidar estas increíbles series? ¿Cómo se atrevieron? En esta lista incluimos aquellas que, literalmente, nunca subieron al escenario a recoger un premio, aunque también cabrían otras series tan icónicas como Buffy, cazavampiros o Las chicas Gilmore, que sí recogieron algún galardón (en categorías de maquillaje) pero nunca fueron nominadas en las categorías principales.
Lo creas o no, la considerada como «mejor serie de la historia de la televisión» no tiene un Emmy. Ni uno solo. Y es posiblemente el error más grande jamás perpetrado por los premios de televisión estadounidense. ¿Cómo es posible que pasasen por alto esta monumental serie de David Simon? Vale que en aquellos años estaban premiando series también icónicas como El ala oeste de la Casa Blanca, 24, Perdidos o Los Soprano, pero, aún así, cuesta creer que no hubiese espacio en sus seis años de emisión para coronarse como Mejor Serie dramática. O, bueno, coronarse en algo. Ahora, desde luego, nos parece una locura. The Wire muestra con crudeza el trabajo de un grupo de policías antidrogas en la ciudad de Baltimore, con la intensidad de un thriller y un realismo con grandes dosis de denuncia. Además, lanzó las carreras de actores como Idris Elba y Michael B. Jordan.
Si The Wire es comúnmente etiquetada como la mejor serie de la historia, The Leftovers puede considerarse desde luego la más infravalorada. Y es que la serie creada por Damon Lindelof es una auténtica y devastadora maravilla que, no, tampoco ganó nunca un Emmy. Ojo a la pregunta que nos planteó: ¿qué pasaría si el 2% de la población desapareciese de repente como si Thanos hubiese chasqueado los dedos? ¿Podría seguir el mundo adelante habiendo perdido lo que a primeras nos puede parecer una ínfima parte del planeta? La respuesta viene en forma viaje existencial para los personajes y los espectadores. Una experiencia emocional transformadora, aunque no tanto como para haber llegado a impactar a los votantes de la Academia. Vale que El cuento de la criada le llevó la delantera en 2017, pero es que ni siquiera la nominaron. Shame!
Para muchos, It’s always sunny in Philadelphia es una de las mejores series cómicas, si no la mejor, de la historia de la televisión norteamericana. ¿Palabras mayores? Solo hay que ponerse algunos episodios para entenderlo. De hecho, tienes quince temporadas de pruebas materiales a tu disposición. Y sumando. La sitcom, creada por Rob McElhenney, nos muestra las amistades, relaciones amorosas y conflictos laborales de varios amigos y propietarios de un bar en la ciudad de Filadelfia. Con Danny DeVito entre el talentoso reparto, es una serie divertidísima. Por eso no se entiende que, en sus quince años en antena, todavía no haya logrado conquistar el galardón de Mejor Serie de Comedia. Habrá que seguir rezando.
Aunque Breaking Bad se dio un baño de premios durante sus años en antena, este spin-off no ha tenido tanta suerte. Y eso que los críticos la consideran una de las mejores series del momento. Parece que nunca es el año de Better Call Saul: ha estado nominada a Mejor Serie dramática hasta en cuatro ocasiones, además de nominaciones varias para su protagonista Bob Odenkirk o secundarios como Jonathan Banks o Giancarlo Esposito, pero nunca jamás ninguno de su equipo ha podido subir al escenario a recoger una estatuilla. Es una de esas series ampliamente aclamadas que siempre está ahí, pero siempre hay otra serie que ha sido la sensación del año y que le arrebata el reconocimiento.
Esta icónica serie solo consiguió rascar en todos sus años de emisión dos nominaciones, por un actor invitado y por su casting. Y ya está. Eso es todo lo que la Academia concedió a una de las series mejor valoradas de la televisión, y una que anticipó esa era dorada de HBO antes de que llegasen Los Soprano. Creada por Tom Fontana, la historia nos trasladaba al día a día de una prisión de alta seguridad, donde nos encontramos con grandísimos actores como J.K. Simmons, Rita Moreno, Harold Perrineau, Ernie Hudson o Kirk Acevedo. Sus seis temporadas dejaron constancia de su excelencia, pero los premios hicieron oídos sordos.
Hay varias sitcom que han marcado la televisión estadounidense, que fueron un antes y un después. Una es The Office y otra es Parks and recreation. Es imposible pensar en la comedia televisiva sin ella. Su elenco dio un gran empujón a las carreras de Aubrey Plaza, Chris Pratt, Aziz Ansari, Retta, Nick Offerman, Rashida Jones y consolidó a una brillantísima Amy Poehler. Fábrica inagotable de memes y defendida hasta las últimas consecuencias por sus fans. Con todo esto, ¿puede entenderse que jamás ganase un Emmy? ¿Ninguno de sus actores? ¿Ni sus guiones? ¿Ni el tan merecido premio a Mejor Serie de Comedia? Pues no, la serie se ha quedado de vacío después de once años en antena. Suerte que para el público sigue siendo icónica.
¿Cuánto se tarda en convertirse en una serie de culto? En el caso de Hannibal, fue un flechazo. Pocas cancelaciones han entristecido tanto a los fans como esta, que no solo se quedó a medio camino de lo que podría haber sido una magnífica serie, sino que además, lo que sí pudimos disfrutar, ni siquiera fue considerado para un Emmy. El Dr. Hannibal Lecter interpretado por Mads Mikkelsen, que precede en la ficción al de Anthony Hopkins en El silencio de los corderos, les habría dicho un par de cosas a esos académicos miopes. El personaje forma un hipnótico tándem con el detective interpretado por Hugh Dancy, pero su historia se quedó en la tercera temporada.
No hay un solo capítulo aburrido en esta genial serie, que empieza cuando un hombre con una inteligencia fuera de lo normal decide rescatar a su hermano de la cárcel. Y de ahí cinco temporadas llenas de tensión, amor fraternal y planes imposibles de escape. Prison Break fue un exitazo en Estados Unidos (y en todo el mundo), pero los Emmys solo la nominaron una vez por su tema musical. ¡Por el tema musical! Por suerte, los Globos de Oro tuvieron más vista y no solo la nominaron, sino que además le dieron el premio a Mejor Serie dramática en 2006. Un digno reconocimiento.
No vamos muy atrás en el tiempo para recordar algo bastante indignante: ¡Star Trek nunca ganó un Emmy! Cuesta creerlo ahora que sabemos que inició toda una franquicia con trece películas en el cine, nueve series de largo recorrido y cantidad de merchandising, convenciones y amor generalizado hacia los personajes y su historia. Por no hablar de que fue una serie revolucionaria, pionera y visionaria. Pero hay que entender, suponemos, que en aquellos años todavía había muchos prejuicios sobre la ciencia ficción televisiva y su capacidad para ganar grandes premios. Aun así, una total injusticia.
Creada por Kurt Sutter, esta serie de moteros poco tranquilos tampoco recibió mucho amor por parte de la academia televisiva estadounidense. Durante sus seis años en antena, tan solo recibió nominaciones a categorías musicales, de maquillaje o coordinación de especialistas (que nunca ganó), pero no llegó a ser considerada como Mejor Serie dramática. Una pena, porque es una fantástica serie sobre una padre soltero (Charlie Hunnam) que conduce junto a su clan de moteros apatrullando la ciudad de Charming, en California. Quizás no recogiese ningún galardón, pero sigue siendo una gran serie en nuestros corazones seriéfilos.
Parece que el binomio David Fincher y asesinos en serie está condenado a ser ignorado por los premios. Ni Seven, ni Zodiac, ni tampoco Mindhunter, una increíble serie producida por Netflix que nos adentra en las mentes de algunos de los criminales más famosos de los años 70. De hecho, es uno de ellos, Ed Kemper, quien sí obtuvo la atención de los Emmys: Cameron Britton, el actor que le interpreta, fue nominado a mejor actor invitado. Pero ahí se acaba todo. La serie, aunque alabada por la crítica y querida por un público que pide a gritos una tercera temporada, de momento no ha conseguido ningún reconocimiento de la academia.
El amor de Jamie y Claire resiste contra viento y marea, pero no parece ablandar los corazones de los académicos. Sí, se han dado cuenta de que sus trajes de época son la caña, pero ahí queda todo: la serie de co-producción británica no ha logrado traspasar a las principales categorías, aunque si lo ha conseguido en varias ocasiones con los Globos de Oro. Algo es algo. Tras cinco temporadas, y sumando, Outlander sigue siendo un fenómeno de público y una de las series más puramente románticas de nuestro tiempo. Y eso no se lo quita nadie.
Vía: Esquire ES
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