Belinda Washington: ‘A mis hijas las alerto para que tengan cuidado, hay depredadores en todas partes”

Belinda Washington: ‘A mis hijas las alerto para que tengan cuidado, hay depredadores en todas partes”

Es una terremoto que igual interpreta a Bernarda Alba, pinta acuarelas o presenta un magazine en televisión: alta, con un cuerpo que no pasa desapercibido, un carácter jovial que ha ido modelando según las circunstancias y el momento. De su larga experiencia en televisión ha aprendido a moverse ante las cámaras con soltura, sin miedo, sabiendo como sabe que detrás hay siempre un público ávido de descubrir aspectos nuevos de su personalidad.

Quedamos en la terraza del Hotel Emperador, en plena Gran Vía madrileña. Llega exultante, con su hija Daniella, un bellezón, modelo de lencería, que observa a su madre con devoción y curiosidad mientras posa para nosotros.

Con la presentadora de origen inglés, hablamos de lo humano y de lo divino y descubrimos una mujer inquieta, hiperactiva, ansiosa por seguir aprendiendo pero sin sacrificar a su familia, el pilar fundamental de su vida.

Belinda, ¿esperaba un éxito como el que ha tenido en Paquita Salas?

Podían haber pasado varias cosas, que nos apalearan porque la gente no entendiera lo de «Los cinco deditos» o, al contrario, que les encantara, que es lo que ha pasado.

¿Cómo ha sido interpretarse a sí misma?

Han jugado un poco con eso, aunque yo no soy como aparezco en pantalla. Tengo morro pero no tanto, soy muy tímida, pero lo cierto es que cuando me llamaron pensé que se les había ido la olla, pero cuando ves el mensaje que hay detrás, las cosas cambian.

¿Y trabajar con los Javis?

Muy fácil, con ellos iría al fin del mundo, porque dicen tantas verdades, hablan de tantas cosas, reflexionan sobre tantos temas profundos que como personas necesitamos repasar y repensar, que ha sido una experiencia estupenda.

Alertan de que hay demasiado espectáculo en los medios.

Para mí lo importante es tratar con respeto a quienes no están en este mundo en el que nos movemos, personas que han tenido una trayectoria, que han luchado, que son grandes supervivientes, a los que a veces se les trata como se les trata.

«Trabajar con los Javis ha sido una experiencia estupenda»

¿Algún caso concreto?

A mí todavía me duele esa foto que se publicó en algunos medios del hijo de Blanca Fernández Ochoa, sin camisa, llorando, que a ella no le hubiera gustado ver.

¿Todo vale por la audiencia?

Desgraciadamente, cuando algo da audiencia es porque la gente lo sigue, en esto todos somos culpables. Cuando yo veo algunos informativos, me asusto por la cantidad de detalles innecesarios que dan sobre una violación o un crimen.

Usted ha ganado algún pleito que otro.

Hace años, interpusimos una demanda porque me habían faltado al honor, y la ganamos. Debería haber más leyes que protegieran el nombre, incluso en ausencia de las personas. A veces piden perdón pero la mancha ya no te la puedes quitar de encima.

Pero es asidua de las redes sociales.

Utilizo Instagram para hablar de mi trabajo, o de cosas que pueden contagiar algo positivo. Intento, eso sí, medir mucho las palabras para no tener que arrepentirme de algo que he puesto. No hay que olvidar que las redes las ve gente que conoces, que no conoces, y que no deberías conocer nunca. Yo no me quejo porque me tratan muy bien pero hay que tener mucha cautela.

Un tema que aborda en Paquita Salas.

El personaje que yo interpreto tiene un carácter erótico y sexual, algo que le ocurrió a Olvido Hormigos, y que sin querer se convierte en viral. Hay que tener mucho cuidado con lo que mandas a través de las redes porque te pueden arruinar la vida.

Los móviles son un arma peligrosa.

He estado en fiestas en las que ves a gente que te está grabando. No tengo nada que ocultar pero si estoy en un sitio tratando de divertirme y tengo enfrente a una persona móvil en mano, no me apetece. Yo entiendo que en fiestas y bodas, los quiten para evitar situaciones incómodas a los invitados.

¿En algún momento soñó que triunfaría como actriz?

Lo que yo sí quería era seguir mis sueños, y es lo que aconsejo que haga todo el mundo, a la edad que sea y como sea. Yo iba trabajando, unas veces con más éxito otras con menos, y así llevo casi 30 años, y no me quejo.

¿Qué le ha supuesto interpretar a Bernarda Alba?

Un regalazo de Mercedes Machado, que es maravillosa. Un papel muy difícil porque la querían con acento andaluz, muy contenida, vestida siempre de negro, a la que preocupaba mucho el qué dirán, una mujer menos libre de lo que yo soy, y eso me ha costado muchísimo. Ha sido un duro ejercicio, pero parece que lo he conseguido.

Cuántas Bernardas ha habido en este país…

Muchísimas, a quienes no se permitía comprar una casa, tener una cuenta corriente, y que todavía hay en zonas donde el qué dirán pesa mucho. Bernarda lo que pretende es proteger el honor de todas sus hijas para que las respeten. En esta versión de Ceres, Bernarda es muy humana.

«Hay que tener mucho cuidado con lo que mandas a través de las redes porque te pueden arruinar la vida»

¿Para cuándo en Madrid?

Me encantaría que pudiéramos hacer una gira para después venir a Madrid, porque con Ceres también he hecho un corto, «Una mujer completa», que está teniendo muchísimos premios en festivales.

¿Cómo logra meterse en la piel de estas mujeres?

Intentando comprender y justificar lo que hacen y lo que sienten esas personas a quienes vas a dar vida en el escenario.

¿Qué opina sobre las denuncias de abusos sexuales que tuvieron lugar años atrás?

Si es verdad, y quiero creer que lo es porque para nadie es agradable exponerse públicamente así, menos en una sociedad como ésta en la que vivimos, hacen bien en contarlo. ¿Por qué no lo hicieron antes? Quizá porque no han podido o no han tenido valor para hacerlo. Claro que tendrán que probarlo, pero cuando tantas lo denuncian, algo hay, eso es indudable.

¿El miedo al miedo es paralizante?

Por supuesto, pero estas cosas no sólo han ocurrido en el mundo del espectáculo, estoy segura de que en otros mundos también, de ahí el miedo a denunciar, a que te señalen, a que tomen represalias. El trabajo de las actrices es muy difícil, un mundo en el que mantenerse lo es más, pero hay caminos que no hay que tomar nunca.

Tiene dos hijas jóvenes.

Las alerto desde pequeñas para que tengan cuidado, porque depredadores los hay en todas partes, en todas las profesiones.

¿La independencia de la mujer esta ligada a lo económico?

Esa es otra cosa que les he enseñado desde pequeñas, que no dependan de nadie ni de nada, dentro de que este sistema capitalista nos obliga a depender cada vez más de los móviles, de las nuevas tecnologías o de mil cosas más. Pero sí, una mujer con una independencia económica puede elegir y decir: «Estoy contigo porque quiero estar y no porque me estés manteniendo».

¿Los hombres están preparados para convivir con este tipo de mujer?

Están entrenándose, lo importante es complementarnos. Creo que hay muchos que están mostrando su lado más femenino, el de las emociones; igual las mujeres, porque ambos tenemos esa ambivalencia.

Los metrosexuales están de capa caída.

Es bonito ver a un hombre atractivo, eso es indudable, pero no es necesario pasarse la vida en el gimnasio. A mí me resulta más agradable que sea interesante culturalmente, que tenga vivencias y sea buena persona.

¿Está retratando a su marido?

Ja, ja, mi marido, como todos, pasa la ITV cada año, y llevamos 26 casados y 33 juntos. En este tiempo ha habido momentos difíciles que te replanteas si seguir o no, pero lo importante es saber reciclarse.

«El secreto para llevar 33 años con mi marido es la libertad, dentro de un orden»

Es difícil no caer en la rutina cuando llevas tiempo conviviendo.

Hay una tendencia cada vez mayor de que cada uno tenga una mayor independencia para que no ocurra eso. Hay parejas, no es nuestro caso, que cada uno vive en una casa pese a estar felizmente casados.

¿Cuál es su secreto para llevar tanto juntos?

Yo necesito mi libertad y él también es muy libre, dentro de un orden.

Se trata de tener vida propia.

Por supuesto, tener amigos comunes y no comunes. Yo tengo amigas del ¡Qué me dices!, del colegio, tengo pocas pero son de verdad. Es un toma y daca, por supuesto, porque tú también tienes que estar cuando ellos te necesitan.

¿Qué le aporta la pintura?

Me ha servido y me sirve para desconectar, porque no sé estarme quieta como buena Virgo que soy, especialmente con todo lo que tiene que ver con mi trabajo.

¿Algún otro hobby?

Quiero empezar con cerámica y aprender a tocar el saxo.

Colabora con asociaciones benéficas.

Porque de jovencita quería ser azafata, profesora, actriz o misionera, hasta que un día Elena Barraquer, que es muy amiga mía, me dijo: «Belinda estás siendo misionera». Es cierto, sin el punto religioso, intento ayudar en lo que puedo. He ido a 13 o 14 expediciones con ella, colaboro con ONG que sean honestas, y que sepan dónde va destinado el dinero.

¿Y el voluntariado?

Vivimos en un mundo y en una época que yo defino como roba almas, porque nos quita nuestro tiempo, que es uno de los mayores tesoros que tenemos, lo que nos llena de insatisfacción; pues bien, cuando se sientan así, que se vayan de voluntarios a alguna ONG, porque gracias al trabajo de esas personas, otras van a tener una mejor vida.

Se ha emocionado.

Sí, porque pienso en los que mueren por enfermedades que aquí están erradicadas, o en el Mediterráneo, sin darnos cuenta de que todos somos emigrantes. Yo tengo sangre escocesa, inglesa, española, todos somos el resultado de muchas culturas. Cuántos hijos de españoles hay viviendo fuera, ellos también son emigrantes, no lo olvidemos.

¿Cómo se puede mejorar la sociedad?

Ayudando a esas personas en sus países de origen, enseñándoles a pescar, a sacar provecho de sus recursos… Cuando fui a Dakar había carteles enormes que decían: soy feliz, cada día puedo ir al colegio a aprender para tener una mejor vida.

¿Entiende el rechazo de algunos países europeos?

No, porque cuando están en sus países lo único que ven es un mundo de oportunidades, donde van a encontrar trabajo. Cuando les dices que las cosas no son así, que hay mafias que les van a sacar el dinero y les van a dejar en medio del mar, no te creen.

¿Con qué tipo de programa le gustaría volver a televisión?

Con Domingo a domingo, un contenedor en el que pasen cosas. No lo descarto, la vida es larga y me quedan cosas por hacer.

¿Qué ha aprendido de los fracasos?

A no olvidarlos, porque siempre aprendes algo.

Mi foto favorita

«Me gusta esta foto porque me la tomaron junto al mar, y refleja alegría y lo gamberra que soy».

¿Quién es Belinda Washington?

Nació. En Altrincham, Cheshire (Inglaterra), el 29 de agosto de 1963. Hija de escocés y malagueña.

Trayectoria. Tras cursar estudios de Derecho, Publicidad y Arte dramático, debuta con Jesús Hermida en Antena 3 TV. La popularidad le llega con el programa ‘¡Qué me dices!’ que copresentaba en Telecinco con ‘Chapis’. En 1998 presenta ‘De domingo a domingo’ en la misma cadena. Más tarde sustituye a Carmen Sevilla en ‘Telecupón’ y presenta ‘La Trituradora’ y ‘Grandiosas’, junto a Lolita y Rosa Villacastín. En 2004 presenta en Telemadrid ‘Abierto por la mañana’. En 1994 debuta como actriz en Antena 3 TV con ‘Hermanos de leche’, con José Coronado. Ha intervenido en ‘La casa de los líos’, ‘Con dos tacones’, ‘Hermanos y detectives’, ‘La pecera de Eva’… En teatro debuta en 1994 con la obra ‘Mejor en octubre’, de Santiago Moncada, junto con Arturo Fernández. Poco después estrena en La Latina ‘Como te mueras te mato’. Participa en ‘Paquita Salas’. Es autora de ‘El placer de lo pequeño’.

Familia. Está casada con Luis Miguel Lázaro y tiene dos hijas, Andrea y Daniela.

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